Recuerdo #35

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La vida de los humanos en verdad es una cosa terriblemente monótona y sin sentido.

Despertar, prepararse para ir al trabajo, estar todo el maldito día allí enojándose y llegar a casa a dormir para comenzar de nuevo.

Terrible.

Sin embargo no puede quejarse. Por más aburridos que sean los días le mantienen ocupado, y en la medida de lo posible, lejos de otros humanos que no hacen sino irritarle con el simple hecho de existir... Para muestra la secretaria enfadosa, fácil y vulgar; o el arácnido fastidioso que bajo cualquier pretexto aparece allí y lo único que hace es tratar de hablarle de un tipo, dueño de una farmacéutica y socio suyo en la porquería de club.

Si sigue así no va a correrlo, va a matarlo.

Introduce su mano derecha en su bolsillo con la intención de tomar las llaves de su auto, observa y acaricia con su pulgar esa estrella morada... Si las predicciones del oráculo fueran reales, esto habría ocurrido años más tarde y no ahora.

Han transcurrido algunas semanas y se siente más tranquilo al respecto. Sin duda permanecer alejado de Osaka y de esa niña fue la mejor decisión.

Hay un calendario en su escritorio, el cual observa, sujeta y consulta... Ha transcurrido ese periodo de tiempo en que el imbécil está de ocioso solamente viendo televisión y rascándose las pulgas.

Si, habla de InuYasha.

Al menos el ir a una institución y recibir algo de educación académica lo obliga a bañarse a diario y no podrirse en vida.

500 años atrás, ni Rin ni InuYasha sabían leer ni escribir... Ahora el inútil cree que se convertirá en médico y Rin... Niega con su cabeza... Esa niña no es Rin. Ni siquiera tiene la certeza de que ese sea su nombre real.

Toma su teléfono móvil para hacer una llamada a Jyubei. Al menos le tranquiliza saber que el árbol al centro del jardín continúa verde y frondoso... Como si absolutamente nada hubiese ocurrido en aquél entonces.

Se pone de pie con la intención de beberse otra botella. Hoy por hoy es eso lo único que puede causarle un ligero estado de relajación... Sirve un vaso mientras observa al exterior. Los autos, la gente a toda prisa, las luces que iluminan en la oscuridad.

Siglos atrás sólo la luna y las estrellas iluminaban las noches, y era mejor y más agradable.

Cierra los ojos mientras suspira... Fueron tantas noches en las que pudo estar con Rin, pero la ambición por lograr ciertas cosas, al final le quitaron todo.

---Recuerdo #35---

Luego de lanzar aquella advertencia a Nazuna y cerrar ese pequeño trato, Sesshomaru vuelve al palacio de su madre. Y verdaderamente no se siente del todo tranquilo, a pesar de sus amenazas tiene el presentimiento de que no puede confiar del todo en esa maldita humana.

Pero por ahora no puede hacer más. De cualquier modo el simple hecho de que Meisho pensara que tenía alguna clase de interés por Nazuna era una gran ventaja, pues de esa manera podrá mantener a Rin a salvo.

Algunos días transcurren, y para sorpresa de todos, Sesshomaru se ha involucrado un par de veces en los preparativos.

Esto no era nada más que una farsa y todos lo sabían. Lo único que Saga e Irasue esperaban es que todo se llevara a cabo sin generar disturbios... Además, Irasue sabe bien el motivo por el cual Sesshomaru procura estar cerca de Saga, pero es inútil. No va a conseguir nada.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora