Recuerdo #20

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El ambiente se siente algo tenso... No suele conversar con nadie, pero lo intentará.

Sesshomaru: Voy a dar vuelta y retomaré la avenida un par de calles más adelante.

Hombre: Eh, si.

En otras circunstancias hubiese dado un giro en una rápida maniobra, pero esta vez se limita a actuar de esa manera.

En condiciones "normales" le daba igual hacer puré a InuYasha, pero esta vez se trata de alguien a quien Rin quiere y necesita.

El tiempo pasa y no sabe sobre qué demonios hablar con este hombre... ¿Por qué es tan difícil? ¿Y cómo hacen aquellos que hablan sin parar de cualquier cosa?... Afortunadamente, quien trata de iniciar una conversación es el padre de Rin.

Hombre: ¿Vio el accidente?

Sesshomaru: No.

Bueno, esto es extraño para el padre de Rin, y de pronto comienza a sentirse un poco incómodo y arrepentido de esto. Entiende bien las palabras dichas por el muchacho, respecto a lo triste que es no poder cumplir una promesa. Pero de pronto siente que esto no debería estar ocurriendo.

Sesshomaru no suele conversar con nadie... Verdaderamente la única persona con quien sentía que podía abrirse, lo más que le era posible, a una conversación, eran Rin... Y quizá un poco Jaken.

Su círculo social es muy limitado. Con su madre siempre ha terminado por renegar, con InuYasha todo consistía en regañarlo por ser tan animal, con Jyubei sólo se trata de dar alguna indicación... Pero ahora con el padre de Rin intenta ser amable, de verdad lo intenta, pero no sabe qué demonios decirle.

Es un par de minutos después, cuando el semáforo marca rojo, que luego de pensarlo tanto hace una pregunta quizá estúpida.

Sesshomaru: ¿Qué ocurrió?

Hombre: ¿Eh?

Sesshomaru: En el accidente.

Hombre: Ah... Un auto se pasó el alto, parece que el conductor iba hablando por teléfono y discutiendo.

Sesshomaru: Mmm.. ¿Hubo... heridos?

Hombre: Si, ambos bajaron y se les veía sangre en sus rostros... Por cierto, su auto debe ser único en la ciudad, es muy bonito y elegante. El precio debió ser altísimo.

Sesshomaru: No es mío.

Hombre: ¿Mmm?

Por algún motivo esta vez no quería pasar como el muchacho de buena posición social que tiene todo a su disposición. 

Sesshomaru: La dueña de la empresa lo compró.

Hombre: (Sorprendido) Pensé que usted era el dueño de esa empresa. Es que estaba en la oficina principal.

Sesshomaru: Hmp. No... Sólo estaba allí esperándola.

Hombre: (Pensativo) Es verdad, alguna vez leí en el periódico sobre una joven mujer empresaria, supongo es ella... (Suspira un poco apenado) La verdad no soy muy de seguir las noticias del mundo empresarial.

Sesshomaru: Yo tampoco. Sólo... (Maldice internamente) Hace unos días que trabajo para ella. Pero la verdad desconozco mucho de la labor que desempeña.

Hombre: Imagino que es más agradable tener una jefa que un jefe ¿No?... Digo, seguro es más amable y comprensiva.

Sesshomaru: (Frunce el ceño mientras recuerda la última parte de su conversación de hoy con Irasue) Hmp. Ella es la maldad encarnada.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora