Recuerdos de otra vida

Recuerdo #33

Bien, esto no es tan malo después de todo. Aunque debe reconocer que el primer día de trabajo estuvo a punto de mandar todo al carajo y volver a su deprimente mansión. Y para no encontrarse con Rin y no volver a interferir en su destino y conducirla a un futuro infeliz, había considerado seriamente el construir un sótano, otra vivienda subterránea donde pudiera ocultarse los próximos 500 años.

Llega un punto en que la eternidad se torna aburrida y sin sentido.

Más aún cuando logras darte cuenta de que lo más hermoso tiene fechas precisas de inicio y final.

Hacía esto con el único fin de mantener sus pensamientos enfocados en otras cosas. De no pensar demasiado en el pasado que le atormentaba e ir nuevamente, guiado por la desesperación de volver a tenerla a su lado, a cerciorarse de que ella en verdad era su amada Rin.

Todas las ocasiones que le han mencionado las predicciones del oráculo son las mismas que ha dicho no creer en ellas. Porque cómo puede algo como eso determinar el destino. Cómo puede creer en símbolos ordenados al azar.

¿Es que cada destino es en realidad eso, un juego de azar, un capricho de los dioses?

Trataba de no pensar en estas cosas pero en verdad era imposible. Es mejor tomar un descanso.

Hace a un lado los contratos que ha estado leyendo. Debería no poner demasiada atención, al fin su título de jefe era sólo eso, una asignación un poco estúpida por ahora, ya que su madre había enviado a ese hombre de cabellos rizados y oscuros a guiarle durante las primeras semanas.

Quién diría que ese estúpido insecto ahora sería un importante socio, de gran confianza al parecer. Aunque ha escuchado cuchichear a los empleados sobre algunas cosas algo turbias e ilegales respecto a él. Pero da igual.

Es mejor tomarse un descanso y beber un poco, porque no, parece que ese maldito vicio no se apartará de él por un largo periodo de tiempo.

No mientras el recuerdo de Rin siga presente.

Una llamada ingresa. Tal y como sentenció su madre, Nazuna se encuentra trabajando allí con él. No será del todo sencillo despedirla, pues dijo Irasue que ella maneja la agenda de socios y bla bla, que cuando haya alguien mejor capacitada la enviará. ¿Para qué demonios?

Alguien ha solicitado reunirse con él en los días posteriores. Si mal no recuerda esa persona se comunica desde Hyogo. Como sea. Le ordena al estorbo impuesto no molestarle por un par de horas ante lo cual la mil veces estúpida intenta cuestionarlo al respecto. ¡Qué le importa!

Sólo quiere beber esa botella de Nikka Taketsuru en paz.

Ligeras notas de albaricoques y melocotones, un aroma dulce y afrutado. El primer sorbo fluye sobre la lengua y presenta un sabor amaderado amargo. El segundo sorbo parece un poco más agradable y sutilmente afrutado, pero los sabores se atenúan y lentamente se desvanecen, dejando ligeros rastros del sabor en su boca.

Se reclina un momento sobre la silla, y cierra sus ojos.

---Recuerdo #33---

"No creo que Sesshomaru llegue a corresponderte de esa manera. No de la forma en que a ti te gustaría y como realmente mereces."

Los días se han tornado tristes desde aquella conversación, por que empieza a creer que él tiene razón. Aunque las cosas entre ambos sean 'especiales', tal vez nunca lleguen a ser del todo una pareja 'normal'. Tal vez si hay muchas cosas en contra.

"¿Él no es humano? ¿Y qué más da Rin? Mientras seas feliz a su lado eso no importa... Todo lo que hagas por amor valdrá la pena."

Sonríe al recordar la nobleza y bondad de la anciana Koyuki. Y sus palabras también le parecían tan sinceras y llenas de sabiduría que en realidad no sabía ahora mismo a quién debería hacer caso.