Recuerdo #27

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¿Existía algo más aburrido que Sesshomaru? Si, su casa.

Todo en completo silencio, ni siquiera un grillito cantando en el jardín, el mayordomo parecía elevar sus pies para no hacer ruido con sus pasos, incluso el viento parecía tener miedo de causar el más mínimo sonido.

Ingresa a la mansión y tras ella Jyubei cargando las dieciséis bolsas de la señorita. Seguramente nuevamente le compró cosas innecesarias al patrón. Es que ella siempre decía que él necesitaba llevar una vida normal y él siempre le reprochaba que no necesitaba nada de lo que ella le llevaba.

Ellos eran complicados. Son muy parecidos físicamente pero la verdad es que ignora si realmente es su hermana. Es que ella lo visitaba con frecuencia a pesar de que casi siempre discutían, pero en ocasiones parecían los peores enemigos.

Tampoco entiende del todo por qué ella siempre hacía énfasis en eso, "ser normal" "parecer normal", el joven era una persona normal, aparentemente. Si, ha llegado a pensar que es  un mafioso pesado, quizá un criminal buscado a nivel mundial ya que no suele mostrarse al exterior, o quizá, también podría ser, un vampiro que podría desaparecer al contacto con el sol. Muy exagerado tal vez, pero es que era tan callado, tan solitario y misterioso que ya no sabía qué pensar.

Preocupado, se dirige a la habitación del joven a llevar las cosas que ella le indicó. Debe apresurarse pues la encomienda del joven fue que la señorita no se acercara al altar donde, de esto si está seguro, se encuentran los seres más valiosos para él.

Mientras el mayordomo se dirige a la habitación de su hijo, aprovechando su ausencia, Irasue se acerca a observar el altar... Esto no es muy usual en ella, pero recuerda bien a la niña, pese a que sólo la vio en dos ocasiones.

Quizá Sesshomaru nunca se lo creerá, pero ella también siente algo de tristeza al recordarla.

Todo pudo ser tan distinto.

Jyubei, al notar que ella se encuentra cerca se aproxima presuroso. Si el joven sabe que no cumplió con lo que le ha solicitado teme perder su trabajo. Un trabajo pesado tal vez dadas las múltiples condiciones que debe cumplir, pero verdaderamente mejor pagado que muchos otros allá afuera.

Irasue: Dile que lo espero en su habitación.

Jyubei: Pero... Señorita...

Camina tras ella intentando detenerla, pero es en vano. Esa muchacha al igual que el joven era la necedad andando. Y bueno, quizá a él no le cause disgusto. No es la primera vez que ella lo hace. De hecho puede jurar que él prefiere mil veces que ella hurgue cada rincón de su habitación a que esté cerca de ese altar.

Cada vez que ella viene con regalos para él, ella misma guarda las cosas en su habitación, pues en sus palabras "él botaría todo a la basura, malagradecido". No tiene duda de ello. Es mejor sólo mantenerse cerca y no interferir.

Al ingresar a la habitación de Sesshomaru, en verdad puede jurar que esto parece una caverna primitiva que si no fuera por ella no tendría esos ligeros toques de modernidad.

El ingrato de su hijo debería estar agradecido.

De hecho una caverna primitiva luce más alegre gracias a las pinturas rupestres. La habitación de Sesshomaru es tan... Deprimente.

Sin ella cerca seguro aún viviría allí, bajo la sombra de ese árbol, sin nada más que su tristeza y sus recuerdos.

Pobre hijo suyo... Siendo el demonio más poderoso de la historia fue derrotado por una mortal.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora