Recuerdo #23

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Sesshomaru toma un camino largo, tratando de demorar lo más posible para que el inepto de InuYasha logre llegar a su departamento.

Desde su auto observa a través del cristal... Un hombre de mediana edad baja la cortina de su negocio... Es allí, justo allí donde aún está un vestido amarillo con anaranjado y una cinta verde.

Los colores de aquél kimono... El que le regaló a la niña solitaria y desprotegida que luego de abrir sus ojos comenzó a seguirlo.

Siempre imaginó que cuando ella volviera a viajar a su lado todo sería más sencillo, y podría entonces darle todo lo que ella deseara... Sin embargo el camino es escabroso para un demonio condenado a asumir responsabilidades impuestas incluso desde antes de su concepción.

Aunque nunca estuvo de acuerdo con aquella alianza forzada, aunque siempre tuvo la determinación de negarse, luego de aquél momento compartido con Rin tuvo muy claro que no debía perder más tiempo y debía arreglar de inmediato todos esos problemas.

¡Vaya ironía!... Le reclamó a Rin que por intentar salir de un problema se metió en uno peor, ¿Y qué hizo él después?

Se siente afectado, por lo cual se estaciona por un momento, allí, junto a un pequeño parque... Al girar su vista en esa dirección nota que hay varias personas... Unas tres parejas conversando y tomadas de la mano... Rueda sus ojos en dirección contraria... ¿No pudieron escoger otro lugar?... Patéticos.

¿A quién engaña?... Le duele ver a parejas profesándose cariño porque recuerda a su Rin y todos los errores cometidos, todo el amor que no volcó hacia ella por tonto, por orgulloso, por confiado.

Al menos tiene el recuerdo de su sonrisa, de su voz, de sus caricias y de sus labios.

----Recuerdo #23----

Ah-Un, InuYasha y Jaken estaban a punto de acercarse a ese lugar... Y en verdad lo que menos quería era tener que verlos.

Quería estar con Rin... Sólo con ella.

El cielo se tiñe de rojo, anunciando la inminente llegada del anochecer y su pronto retorno al palacio de su madre donde Meisho y Saga se "entretienen" por ahora.

Quizá era una idea muy tonta el procurar que ellos estuvieran allí, pero era lo mejor que se le había ocurrido para mantenerlos vigilados y tener la completa certeza de que no están buscando a Rin ni nada por el estilo.

Sesshomaru toma a rin entre sus brazos, cargándola sin pedir autorización, llevándola consigo lejos de ese maldito lugar a donde jura, jamás volverá.

Tal y como lo había predicho, veinte segundos después el equipo que busca a Rin hace acto de presencia.

InuYasha olfatea, pero no puede concentrarse por los gritos del sapo verde.

InuYasha: ¡¡Cállateeee!!

Jaken: (Alterado) ¡¡Me calla mi madre no un perro de la calle!!... No sé por qué te detienes aquí.

InuYasha: Rin estuvo aquí, no hace mucho... Con Sesshomaru.

Jaken: ¿Khaaaaaaa? ¿Y dónde están ahora?

El hijo menor del legendario Comandante Bestia permanece pensativo por algunos instantes... Detecta un aroma más, uno que le resulta familiar y trata de recordar por qué, a quién pertenece.

Sin estar completamente seguro corre tras ese rastro. No se encuentra lejos... Y la verdad le causa curiosidad.

Los problemas derivados de esas enfermedad a la cual se enfrenta ahora toda la aldea de exterminadores quienes luchan por subsistir, le tienen distraído, por tanto no puede recordar claramente al portador de ese aroma.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora