Recuerdo #31

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Se fue... En verdad se fue.

Un suspiro emana del pecho de la mujer de cabellos plateados que ha perdido de vista el coche donde su hijo se traslada a otra ciudad. 

Bien podría sólo ir y venir cada día, cada semana, ya que la ciudad a la cual se dirige en realidad no se encuentra a gran distancia, pero prefirió trasladarse a vivir allá por el tiempo que fuera necesario.

Todo para, según él, no volverse a cruzar en el camino de Rin, pues teme que el destino de ambos sea nuevamente... Triste.

Verdaderamente no puede juzgarle, pero definitivamente eso que los humanos llaman amor debe ser algo por de más alejado de los estándares tan dulces y felices que se pregonan por doquier.

El amor duele, el que ama sufre.

Y parece ser tan terrible que quienes lo hacen buscan con desespero permanecer en ese estado de agonía latente... ¡Qué bueno que Toga la hizo enojar con sus infidelidades! Mejor aún, que muriera para no tener que verse ella, la gran InuKimi, sufriendo por un desgraciado infiel que por ahora sólo merece un pisotón en los...

Un momento... Aquél empresario de Tokio. ¿Qué sería de él?... También tenía aires de infiel y coqueto. Afortunadamente no tiene por qué verlo más.

Echa un vistazo a la casita de Sesshomaru. Para ser honesta no hay mucha diferencia de ahora a cuando se encuentra. Hasta los pajaritos comenzaron a cantar al no percibir esa aura de tristeza y depresión que inunda el lugar.

Tal vez deba ir a visitarlo pronto, después de todo no está familiarizado con este mundo de negocios, y aunque Nazuna es una secretaria muy eficiente y conocedora de todo esto, el higadito no la acepta de buena manera. 

¿Qué habrá ocurrido en el pasado para que la odie tanto?

Un momento... ¡Paren todo!

Sesshomaru se fue.

Se fue...

¡Solo!

Bueno, no es que pretendiera que se llevara a la muchacha con él, en el mismo auto, pero algo le dice que no acordó nada con ella respecto al primer día de trabajo. Seguro ni una indicación le dio, porque ella no le dijo nada... ¡Debe comunicarse con ella inmediatamente y enviarla a Kyoto en tren o como sea!

Aproximadamente, luego de casi dos horas de camino, de buscar el edificio en el cual pasará sus días de ahora en adelante, y posteriormente trasladarse al departamento en el cual vivirá a partir de hoy, al fin Sesshomaru puede descender de su auto e ingresar a ese lugar tan... Horrible.

Probablemente su madre tenía una propiedad en cada ciudad del país, puesto que por sus viajes de negocios necesitaba un lugar dónde "descansar" luego de las extensas reuniones. Pero esto es... Tiene mucho trabajo por delante.

Aquél lugar de paredes blancas y decoración en color lila con florecitas por doquier, no era precisamente algo que fuera de la mano con él. Incluso si fuera algo femenino no tendría problema alguno, pero esto ya rozaba en lo ridículo.

Tanto maldito espejo con foquitos y una habitación llena de ropa y zapatos y pinturas que parece más una tienda que un condominio particular.

Bueno, esa habitación le servirá.

Tomará todo lo que no es de su gusto y lo meterá allí, en la habitación que nunca se abrirá. Cuando ella venga le dirá que se lleve todo.

¿Por qué esperar a que ella venga? Puede sólo tirarlo y ya, problema resuelto.

Molesto, empieza a retirar cualquier cosa que no sea de su agrado, y en un rato más contactará al encargado del lugar para que cambien la decoración por algo más decente.

Recuerdos de otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora