Veinticinco

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Un nuevo día amaneció y tanto Harry como los demás hombres fuertes del grupo salieron de las cuevas tras despertarse y vieron que había varias ramas y maleza obstruyendo la entrada a estas.

Rápidamente se dispusieron a apartarlas, mientras que los demás se fueron despertando uno a uno.

Poco después, Louis abrió sus ojos y buscó con la mirada al rizado hasta que lo vio junto a los demás.

Este estaba sin camiseta y numerosas gotas de sudor iban resbalando por su increíble y hermoso torso tatuado.

De repente, el castaño sintió que su boca se secaba, que su corazón le latía a mil por hora y en su estómago le había cosquillas como si varia mariposas revolotearan en él

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De repente, el castaño sintió que su boca se secaba, que su corazón le latía a mil por hora y en su estómago le había cosquillas como si varia mariposas revolotearan en él.

Intentó dejar de mirar pero no pudo pues su mente le azotaba con preguntas que tan solo tenían una respuesta.

De nuevo el beso que se habían dado vino a su mente, aunque este tuvo un efecto nuevo en él pues un calor repentino asedió su piel, haciendo que soltase un jadeo.

Su entrepierna reaccionó tras ver al más alto coger un gran tronco y lanzarlo junto a un montón que habían hecho y entonces muy avergonzado y ruborizado, corrió hasta la cascada

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Su entrepierna reaccionó tras ver al más alto coger un gran tronco y lanzarlo junto a un montón que habían hecho y entonces muy avergonzado y ruborizado, corrió hasta la cascada.

…—¿Qué me pasa?, ¿Por qué me he puesto duro al verlo así?, ¿Por qué no puedo quitarme ese beso de la cabeza?

Tras llegar al lugar, este se quitó la ropa y se metió en la laguna pues debía enfriar su cuerpo, antes de que ojos curiosos se diesen cuenta.

—Oh joder, estaba tan sexy—Susurró acariciando su húmeda piel—...oh mierda, ¿En que demonios estas pensando?, ¿Acaso estas volviéndote loco?—se regañó a continuación.

Luego de unos minutos en el agua, este logró enfriarse y entonces salió del agua y tras cubrirse volvió a las cuevas.

Harry y los hombres ya no estaban allí pues habían decidido ir a reconstruir la hoguera y las señales de socorro, las cuales la fuerte tormenta había destruido.

El castaño se cambió de ropa y se puso con las mujeres a hacer las raciones, las cuales luego repartieron entre los demás.

Este dudó si llevarle al ojiverde la suya personalmente pues estaba muy avergonzado y no sabía si se atrevería a mirarle pero entonces, una de las azafatas se prestó a hacerlo.

...—Yo le llevaré la suya a ese guapo chico, ¿No te importa verdad?, he sabido que no sois pareja.

El castaño negó con la cabeza pero justo cuando esta iba a caminar con la ración hacía este, se levantó y se lo arrebató de las manos.

—Trae, yo se lo llevo.

Mientras caminaba, Louis intentaba descifrar el porqué había hecho eso, ¿Acaso estaba celoso?, ¿Acaso sentía por Harry algo más que amistad?

Luego de refunfuñar unas maldiciones que nadie alcanzó a escuchar, este se acercó al ojiverde y le entregó la fruta y el trozo pan que le había tocado.

—Toma es tú parte.

—Gracias, muchas gracias.

El castaño ya se giraba pero entonces el rizado lo detuvo con la mano, lo que hizo que el cuerpo de este temblase como una hoja.

—Espera.

—¿Q-Qué o-ocurre?—Balbuceó girándose.

—¿Podemos ser amigos al menos?, no soporto que estés molesto conmigo... sé que tienes pareja, te prometo que jamás volveré a decirte nada de mis sentimientos por ti.

—¿Se-Sentimientos?—preguntó sintiendo sus piernas flaquear.

El ojiverde asintió.

—Si, bueno...me gustas y eso pero da igual, me los guardaré.

—¿Te gu-gusto?

El más alto lo miró con confusión.

—Si, claro por eso te besé, ¿Por qué crees que lo hice?

Louis sintió su corazón latir más fuerte que nunca y su boca secarsele casi al instante.

—Cre-Creí que lo habías he-hecho para de-demostrarme que eras gay y para pro-probarte a ti mi-mismo.

El rizado se le acercó y le acarició la mejilla.

—Yo nunca haría eso, Louis...te besé porque me enamoré de ti.

El castaño cerró sus ojos al sentir el suave tacto de las rudas manos de este y al abrirlos segundos después, miró instintivamente a sus labios, deseando que este lo besase de nuevo.

—E-Esto no puede ser, yo te-tengo novio y no se me-merece qu...

Harry asintió con la cabeza apartandose rápidamente

—Lo sé, tranquilo, lo entiendo.

—Lo si-siento pero no pu-puedo, no puedo.

Tras decir eso, el ojiazul se giró y se fue corriendo, mientras lágrimas brotaban de sus ojos y su corazón se estrujaba, doliéndole como el infierno.

—No pu-puedo, no pu-edo hacerlo.

.......

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61. La isla - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora