Un repentino accidente de avión, pondrá en suspenso la vida de dos chicos, Harry y Louis, los cuales apenas se conocían de vista. Ambos tienen pareja pero esa traumática situación les hará replantearse muchas cosas, dándoles la oportunidad de conoce...
El ojiazul estaba completamente saturado por las circunstancias pues desde que habían salido del puerto y habían dejado a sus abuelos en el hotel pues no habían querido ir a casa de su nuera, este no había parado de escuchar que su madre había conocido a un hombre maravilloso.
Para colmo, su hermana no hacía más que preguntarle cosas sobre Niall el amigo de Stan, quién le había caído muy bien, además de que le había gustado a primera vista.
Sin embargo agradecía el que su novio no estuviese allí pues a pesar de que había querido acompañarlo hasta su casa, le había creído cuando le había dicho que que estaba muy cansado y necesitaba reposar.
Louis sentía que quería gritar y correr hasta no detenerse pues lo cierto era que tras la emoción de reencontrarse con su familia, el ver a su novio y abrazarlo, no había sido lo mismo.
La emoción de reencontrarse con el que creía el hombre de su vida no había sido como esperaba y todo eso era debido al parecer por una sola cosa y esa era que los días pasados en la isla, habían cambiado completamente su vida y también sus sentimientos.
Luego de discutir con su madre, dónde se quedaría, este se salió con la suya y finalmente lo dejó en su habitación, dónde tras decirle que estaba agotado e iba a dormirse, el castaño subió.
Luego de ver a sus convecinos del condominio, entró en su habitación, posó su maleta y se dejó caer en el suelo.
—¿Y ahora qué?—se preguntó echando un vistazo a todas sus cosas.
Luego de suspirar unas cuantas veces, este se levantó y abrió la maleta para sacar su ropa sucia y lavarla.
Había metido todo a prisa, a su que estaba todo enmarañado pero tan pronto vio su cámara y su teléfono, sintió que el mundo se derrumbaba a su alrededor.
Rápidamente cogió los cargadores y los enchufó para recargarles las baterías, mientras metía la ropa en la cesta para llevarla a la lavandería común.
Al regresar de poner su ropa en la lavadora, este se dio una ducha y se cambió de ropa, entonces encendió su teléfono y espero a que terminasen de llegar las notificaciones.
Este también encendió la cámara y comenzó a revisar las fotos que había hecho en Bangkok y en la isla.
Todo iba bien, ya que el castaño sonreía nostálgico al verse con su hermana y sus abuelos en las fotos, también con todos los paisajes que había fotografiado.
La cosa se complicó cuando llegó a las fotos con Harry, ahí este comenzó a llorar mientras su interior se retorcía al recordar sus últimos momentos en la isla.
Había sido muy duro verlo irse con su padre del puerto sin siquiera poderse despedir pero a pesar de que se había muerto de ganas por hacerlo, temía que este le gritase como lo había hecho en la isla.
....—Lo siento, Hazza, perdóname.
Finalmente este se quedó dormido tras revisar sus notificaciones y apagar el móvil, ya que no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos hablar.
(...)
Cuando el ojiazul se despertó, ya en la mañana, este no tenía humor para reincorporarse a la Universidad, así que siguió tirado en la cama mirando al techo.
Ni siquiera tenía hambre, ni tampoco curiosidad por encender su móvil nuevamente y ver si tenía algún mensaje, estaba demasiado saturado cono para escuchar a otras personas.
Ya atardecía cuando este decidió levantarse al fin, hacerse unas palomitas y ver un película pero entonces varios golpes sonaron en su puerta.
No de muy buena gana, este caminó hasta ella y acto seguido abrió, quedándose blanco ante la persona que tenía delante.
...—¿Qu-Qué haces aquí?, ¿Cómo has sabido cual es mi habitación?—preguntó sorprendido al ver a la morena chica en su puerta.
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—Veo que sabes quién soy...bien, entonces, ¿Podemos hablar?, necesito que me cuentes porqué Harry ha decidido cortar conmigo.
Esta entró sin esperar a que este contestate y se sentó en el borde de la cama.
—Oye, Kendall...no sé que pretendes que te diga pero en serio quiero que te vay...
—Sé que es por ti, no me mientas—le cortó esta rápidamente—… él me llamó y me dijo que me olvidase de nuestro acuerdo, que ya no podía fingir más que salimos juntos.
El castaño resopló con molestia.
—Por favor vete y solucionalo con él, yo no tengo nada que ver con est...
—¿Acaso crees que soy idiota?, puede que engañes a ese tonto de Stan o como se llame...sé desde hace mucho tiempo lo que Harry siente por ti, me lo ha dicho hasta el cansancio.
El ojiazul la miró con confusión.
—¿De qué demonios estás habland...
—¿Te lo dijo no?, te lo confesó en ese lugar dónde estuvisteis y pasó algo entre vosotros ¿verdad?.
El castaño soltó un profundo suspiro mirando al suelo.
—Tu silencio y tu cara me lo confirman...joder, maldita sea, sabía que había sido eso.
Este entonces dio un paso hacia ella.
—Oye no se lo digas a nadie, por favor... en realidad no se porqué decidió cortar contigo per...
—¿En serio no lo sabes?—Volvió a interrumpirle esta molesta—… Ha decidido contarle a su padre que es gay, por lo que ya no necesitará nuestra tapadera...joder, estoy furiosa...ahora tendré que buscarme a otro chico que me ayude.
—Lo siento mucho pero yo no puedo ayudarte.
La chica resopló molesta.
—Si ya, ya...bueno, al menos es por algo bueno, espero que seáis felices.
El ojiazul negó frunciendo el ceño.
—Él y yo no...yo sigo con mi novio.
La morena entonces suspiró con pesar.
—Oh vaya, ahora entiendo su enorme tristeza... para ti solo fue una aventura pasajera por lo que veo.
—No, yo sol...
Esta se levantó, caminó hasta la puerta y la abrió, entonces justo antes de irse, se giró y lo miró.
—Realmente eres un estúpido ¿sabes?, Harry es un chico genial y te ama.
