Veintitrés

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Un nuevo día amaneció y tras desaparecer nuevamente, Harry se pasó la mañana en el lugar que había descubierto.

Louis se aseó, comió su ración y acto seguido decidió dar un paseo por la playa mientras ordenaba sus ideas, luego de que las mujeres le dijesen una y otra vez que hablase con el rizado.

Estas seguían creyendo que eran pareja, él no las había desmentido y la verdad no sabía porqué no lo había hecho.

El tenía una pareja y ese era Stan su novio desde hacía casi cinco años y el único hombre al que había amado.

…—Esto es ridículo— susurró incrédulo—…yo jamás podría fijarse en un ser tan egoísta y egocéntrico.

Cerca del mediodía, este miraba había el mar concentrado en sus pensamientos cuando una conocida voz lo sacó de ese estado.

…—Hey, estabas aquí, te he estado buscado.

El castaño chasqueó la lengua con fastidio tras girarse y ver al moreno tras él.

—Oye, creí que no querías hablarme ni estar cer a mío...yo lo cumplo, no puedo decir lo mismo de ti.

—Si bueno, siento haberte dicho todo eso, lo cierto es que estaba molesto y lo pagué contigo—se disculpó este.

El ojiazul soltó un suspiro y caminó hasta los árboles pero entonces reparó en que este lo estaba siguiendo.

—Deja de molestarme, por favor.

El más alto negó y se acercó a este, entonces se puso de rodillas y tras cogerle la mano derecha se la besó.

—Perdóname, vamos...lo siento, ¿Ok?, no soporto verte así...me parte el alma saber que me odias.

El castaño suspiró profundamente, mientras numerosas cosquillas agitaban su estómago.

—Yo no te odio, es solo que tu dijiste...

—Lo sé, sé lo que dije le interrumpió el moreno levantándose—…no hablaba en serio, es solo que me da miedo.

El ojiazul lo miró confuso.

—¿Miedo?, ¿El qué te da miedo?, dímelo, por favor.

El capitán del equipo de baloncesto universitario resopló con pesar y acto seguido volvió a cogerle de la mano.

—Anda, ven conmigo.

El castaño negó.

—Oye, no iré a ninguna parte contigo, hasta que me digas de que tienes miedo.

El rizado se acercó a la cara de este.

—¿Quieres saber mi secreto o no?

Este entonces sonrió emocionado.

—¿En serio me lo contarás?

Harry asintió.

—Si, te lo diré pero debes venir conmigo.

—Ok, iré.

Ambos chicos caminaron por la playa cogidos de la mano, mientras los demás los miraban con emoción pues sabían lo que estaba ocurriendo entre ellos, aunque al parecer ellos aún no se habían dado cuenta.

Luego de un tiempo caminando, Harry y Louis llegaron al lugar de los columpios y entonces se sentaron.

...—Hey los has modificado, ¿Eres increíble de dónde has sacado estas correas tan fuertes?.

El deportista universitario sonrió.

—Son lianas...he encontrado un lugar al otro lado de la isla donde hay unos árboles de los que cuelgan, me di cuenta que son muy fuertes y no se deterioraran con la lluvia y las tormentas porque están acomtumbradas a estar a la intemperie.

—Oh vaya es genial—Habló el castaño comenzando a columpiarse.

Luego de un rato riendo emocionados, el ojiverde se detuvo y entonces miró fijamente al ojiazul, el cual también paró de columpiarse.

—¿Qué ocurre?

—Oye si te cuento la verdad me prometes que no me juzgaras ni te alejaras de mi.

El castaño río incrédulo.

—¿Eres un asesino en serie o algo así?.

Harry negó.

—No nada de eso.

Este le cogió de la mano.

—Oye, te aprecio mucho y mientras no hagas lo de ayer de nuevo, no me alejaré de ti, tranquilo.

El rizado suspiró con pesar y acto seguido asintió conforme.

—¿Qué pensarías de mi si te digo que no amo a Kendall y que pienso dejarla?

El más bajo se encogió de hombros.

—Bueno, en realidad no me sorprendería, ya lo has hecho muchas veces desde que te conozco.

—Si, es cierto pero lo que no sabes es porque lo hago.

Este negó.

—No, supongo que es porque te cansas de ellas y no has encontrado la indicada.

—No, no es por eso...las chicas son geniales y ella la que más, de hecho ella me entiende más que ninguna, es una gran amiga.

El castaño confuso de lo que escuchaba frunció el ceño.

—Y si es tan genial como amiga, ¿por qué sales con ella como pareja?

—Muy sencillo, soy su tapadera.

—¿El qué?

—E-Ella es lesbiana y su familia no lo aprueba.

Louis se levantó del columpio y comenzó a caminar de un lado a otro sin parar de mover sus manos mientras sus boca y sus ojos permanecían abiertos y llenos de asombro.

—Buah... joder, es alucinante, jamás lo hubiera pensado...oye, ¿y cómo es que te prestaste a una cosa así?.

El rizado se levantó también y entonces se acercó al castaño.

—Bueno pues verás, es porque yo también la necesitaba.

—No, no te entiendo.

Harry se aproximó hasta que apenas quedaban unos centímetros entre ellos, entonces inclinó su cabeza y atrapó los labios del castaño en un tímido pero muy deseado beso.

Harry se aproximó hasta que apenas quedaban unos centímetros entre ellos, entonces inclinó su cabeza y atrapó los labios del castaño en un tímido pero muy deseado beso

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Luego de unos segundos, ambos se separaron y el rizado vio que el ojiazul lo miraba con horror.

—S-Soy gay.

El castaño se limpió la boca y acto seguido salió corriendo de allí, dejando a este bastante abatido pues al parecer sus temores, tristemente se harían realidad.

—Mierda, maldita sea...no debí hacer eso.

....

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61. La isla - Larry Stylinson TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora