III

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Después de prepararse y básicamente salir corriendo de su departamento. Finalmente estaba frente a la casa de la mujer que le pidió cuidar de su cachorro por aquella aplicación llamada "easy errands", misma que básicamente le hacía aun más sencilla la vida a la gente con dinero.

Después de tocar el timbre y hablar con un hombre que aparentemente se encargaba de la limpieza, la señora Kim finalmente salió de la casa con el pequeño cachorro en brazos, procediendo a saludarlo con educación y dulzura, para continuar con una explicación rápida de los cuadados del can, buscando alivianar su carga.

La platica de la amable mujer se vio interrumpida cuando un joven rubio que parecía tener prisa salió a tropezones de la casa, cargado un bolso a medio cerrar. Estaba hecho un total desastre.

— Abrigate bien, cariño — le pidió la señora al que claramente era su hijo.

— Claro, lo haré, ma' — respondió el chico algo atolondrado. Aun así, se detuvo un segundo y se acercó al pequeño perro que aun estaba en los brazos de la mujer —. Adiós, Tannie — beso su naricita con dulzura.

— Ah, claro, te despides del perro — dijo la mujer en un tono recriminatorio, pero sin perder el sentido de broma.

— ¿Beso tu narcita también, mami? — preguntó el risueño chico.

Y justo en ese instante, cuando dejo a la vista esa sonrisa de cajita fue que Jungkook notó que era el rubio de la noche anterior en Coffee Ephiphany.
Olvidó su nombre, pero ya recordaba ese rostro bonito y sonrisa tan peculiar e inocente.

— De acuerdo, ya es tarde. Nos vemos. Hasta luego y buenos días — se despidió de Jeon cordialmente, aún que hizo todo al revés. 
El chico salió corriendo de ahí.

— Por Dios, ¿qué voy a hacer con este niño? — la señora se burlo al ver  como su hijo se iba rápido y tomaba un taxi tan acelerado como si hubiera tomado cinco tazas de café. Despues de verlo irse miró a Jungkook otra ves y le extendió al pequeño cachorro —. Sólo dale de comer a las dos. Es bastante jugueton y un poco molestoso. No le des comida que no sea la suya — señaló la pequeña bolsa que le dio —. Y creo que eso es todo. Mi hijo pasará por él en la tarde, ¿estarás en la dirección que tiene la aplicación?

— Así es, ahí es donde voy a estar — reverencio con el cachorro en brazos —. Hasta luego.

Después de despedirse de la mujer, se fue con la pequeña bolita de pelos, cargandolo cerca de su rostro. Rio con gracia cuando comenzó a lamer su cara.

Yeontan, así se llamaba la pequeña bola pomposa, era adorable, debía aceptarlo.
Parecía ser muy pequeñito todavía, así que entendía porque querían que lo cuidara, seguramente la señora saldría y evidentemente estaría su hijo para vigilarlo.

Llegó junto al cachorro a su departamento. Empezó a estudiar mientras la pequeña bolita de pelos iba de un lado al otro divirtiéndose en su pequeño mundo.
Estaba haciendo sus deberes cuando escuchó un pequeño ladrido. Rápidamente se puso de pie y buscó a Yeontan, encontrandolo ladrandole a una paloma que se posaba en la ventana de su habitación. Rió al verlo tratar de intimidar al ave con sus ladridos pequeños y chillones.
Lo sacó de ahí para luego cerrar la puerta y seguir con su trabajo.

De repente, otra notificación de easy errands llegó; "ir a la tintorería por un traje". La aceptó y salió junto a la pequeña bola de pelos, pues evidentemente no lo dejaría solo, sus dueños estaban pagando exactamente por no dejarlo solo.

En la calle el pequeño perrito llevaba su correa luciendo adorable, y para su mala suerte, muchas personas lo notabant también; hacían sonidos expresando su ternura ante la vista del adorable y pequeño cachorro. La mayoría eran chicas, quienes aprovechaban la oportunidad de acariciarlo y ver al guapo joven que lo paseaba. Él sólo decía estar apresurado y se alejaba rápidamente, al final tuvo que cargar al pequeño animalito y caminar de prisa a la tintorería.

Step by Step | Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora