XVIII

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Cuando Jungkook regresó a Seúl lucía especialmente feliz y animado. Y Taehyung no pudo no sentirse feliz e ignorar todo el miedo que lo estaba consumiendo por dentro.
El simple hecho de ver a su adorado Jeon Jungkook brillar de felicidad, con su sonrisa radiante y arruguitas bajo sus ojos, logro causar una sensación de desconexion en su cerebro y su total atención se la entrego a él.

Sí, estaba completamente perdido.

— Te juro que ha sido increíble — confesó casi dando saltos de alegría —. Se sintió tan bien estar con mi abuela después de tanto tiempo. Y también hablar con mis viejos amigos. Fue extrañamente reconfortante.

— ¡Eso es increíble, Jungkook-ah! — expresó con honestidad — Cuéntamelo todo — se acomodó mejor en su lugar, luciendo totalmente interesado.

Y Jungkook no se negó a contarle cada mínimo detalle de su viaje a Busan, luciendo casi como un pequeño entusiasmado por contarle su maravilloso día a su madre.

Por su lado, Taehyung se sentía cada día menos decidido, menor fuerte para trata de autosobotearse a sí mismo y dejar de querer a Jungkook de la forma que no quería querer a nadie nunca. Aun así, no podía hacer nada, cada vez que veía sus brillosos ojos, atentos a él... simplemente se negaba a dejar de ser visto.

Aquella tarde se la pasaron juntos en la casa de Taehyung. Jungkook tendría una sesión con la señora Kim después de una semana, por lo que iba a sería un poco más tardada de lo que es usualmente.

Extrañamente, cuando Jungkook dejo su lado para ir a su sesión de terapia, Taehyung sintió como si hubiese vuelto en sí. Se reprendió por no ser lo suficientemente determinado para frenar sus sentimientos hacia su amigo, por lo que en un ataque de desesperación tomó su celular y llamó a la única persona que conocía detalles sobre su enorme problema.
Yoongi solo le dijo que no se volviera loco pensando en frenarlo, que dejara la cosas como estaban y que tratara de mantenerse sereno, pues alejarse de Jungkook sería un estupidez y completamente doloroso para ambos.

Y Min Yoongi no sabía que había atinado justo en el blanco de se peor pesadilla; causarle una herida emocional a Jungkook al igual que las personas de su pasado. Su miedo a enamorarse pasaba a segundo plano si sabía que Jungkook estaba en corriendo el riesgo de sufrir.

Se negó rotundamente a causarle daño a su... amigo.

Tiempo después, Jungkook terminó con su sesión de terapia, yendo, con la confianza que ya había ganado con el tiempo, a la habitación de Taehyung, buscando a su amigo.

Cuando llegó, lo encontró sentado en la silla de su escritorio, completamente ido en la nada. Con sus rodillas pegadas a su pecho, abrazando sus rodillas como si quisiera protegerse de algo.

Mas él no sabía que se trataba de protegerse de él.

—  Tae... — llamó su atención rápidamente. Cuando los ojos avellana del rubio lo miraron, no pudo evitar sonreír —. ¿Qué tal todo? ¿Cómo te fue a ti en Daegu?

Taehyung suspiró, pareciendo haber vuelto de un viaje astral. Y cuando finalmente estaba cuerdo palmeo su cama para que Jungkook se setara allí y no estuviese de pie en la puerta de su habitación.

— Todo bien, yo... — tragó grueso, tratando de recomponerse —. Pasé muchísimo tiempo con mi abu, lo cual me hace muy feliz porque ya la extrañaba mucho, y- ¡Oh! También estuve super molesto porque mi increíble prima Jeehyung llegó con su enorme perro y casi se come a mi Tannie — se quejó —. Gracias al cielo Yeontan fue rápido para llegar a mí antes de que le hiciese daño. Casi me muero del susto cuando lo vi corriendo desesperado hacia mí, fue un desastre.

Step by Step | Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora