Step by Step | Kookv

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Pasaron un par de horas en las que Taehyung estuvo tratando de consolar a Jungkook, hasta que llegó el momento de volver a casa.
Aun así, el rubio no se fue sin antes prometerle a Jeon Jungkook que uba a seguir ayudándolo mientras él así lo quisiera.

Él no lo sabía, pero aquella promesa, aquella dulzura y aquel apoyo no hicieron más que causarle un sentimiento de paz, uno que hace años no era capaz de siquiera imaginar.
Y es que, alguien no lo había jizgado o visto mal. Taehyung no lo hizo sentir fuera de lugar o culpable. De hecho lo único que hizo el chico fue darle lo que tanto necesito, apoyo. Le recordó una y mil veces que no estaba solo, que el lo acompañaría, que él lo escuchaba. Y sabía que el chico, apesar de no haber vivido una experiencia como la suya, lo comprendía y le daba toda su credibilidad.

Hablar con Kim Taehyung se había sentido tan bien, que se preguntaba porque lo había conocido tan tarde.

Y gracias a aquel alivio momentaneo, pudo tener una mañana tranquila al día siguiente. Incluso fue a desayunar al café en el que trabajaba antes de su turno y parecía un poco menos triston de lo usual.

Apesar de llevar bastante tiempo trabajando para Seokjin, no había notado que Taehyung y su prupo de amigos eran clientes habituales del local.

Aquel día, el chico rubio aparecio con su amigo de cabello azul oscuro, de baja estatura. Kim no tardo en saludarlo con una sonrisa, alejándose con su amigo, claramente respetando el límite que el mismo Jungkook había dejado claro entre líneas.

Y de repente, todo su buen humor y paz de aquella mañana se vieron opacados por una persona en específico.

— Vaya que esto es una sorpresa — se escuchó una voz masculina, que raramente reconoció al instante — ¿Jeon Jungkook?

— Buen día — saludó con una reverencia, como si fuese un cliente más.

Se trataba de uno de sus ex compañeros y amigo de la secundaria, siendo acompañado también por Sophie Brown. Dos personas con las que realmente no quería toparse... jamás.

— Eres tú — señaló Yugyeom —. Vaya que no sabía nada de tu hace años.

— Sí, hace mucho — dijo, tratando de mirar hacia otro lado.

Claramente, ante la abrupta aparición de aquellas personas de su pasado, no pudo darse cuenta siquiera de que otra persona en la cafetería estaba al tanto de la aparición de estas personas y estábamos más que atento a la situación.

— ¿Cómo has estado? — preguntó el chico, emocionado por encontrarse a su viejo amigo.

— Disculpe — como el cántico de los ángeles del cielo antes de salvarte de caer de un barranco, la voz de Taehyung interrumpió la conversación —. Mi amigo y no necesitamos otro café y un plato más de galletas — mintió, buscando sacar al mayor de aquella situación —. ¿Podría...?

— Por supuesto — Jungkook accedió rápidamente.

En su expresión podía verse el alivio que sentía de haber sido salvado por aquel rubio de sonrisa brillante. 
Aun no estaba preparado para sar un salto tan extenso como buscar contacto con sus conocidos de aquellos años. Cada vez que les veía, todo lo malo volvía y sus recuerdos dejaban de ser buenos.

Paso a paso, Taehyung lo habí dicho. No tiene porque apurarse.

Cuando Taehyung volvio a su lugar, pudo ver la mirada de incertidumbre que tenía su amigo Jimin. Su ceja alzada, cruzado de brazos, totalmente desconsertado. Él solo pudo alzarse de hombros, acallandose sus explicaciones, pues no era necesario decir nada. Jimin tampoco es que fuese a pedirlas.