"Jungkook, solo debes superarlo. Quizá este golpe de realidad te haga salir de ese mundo lleno de sueños que creaste en tu cabeza."
Odiaba aquella frase; "golpe de realidad". Después de que su madre le dijera que ese buen golpe de realidad era lo que necesitaba, la realidad lo siguió abofeteando hasta dejarlo en el suelo. Y dolió. Dolió como nunca nada le había dolido jamás en su vida. Odiaba su vida.
Tiempo después de haber quedado literalmente en transe total en medio de su caminata hacia su casa, logró reaccionar minutos después, para seguir con su camino, queriendo alejar aquellos recuerdos de su cabeza.
Llegó a su departamento y encendió las luces buscando ver con claridad. El lugar estaba vacío, decadente de alegría y color. Justamente como él.
Sin querer pensarlo demasiado, solo lanzó sus llaves a la mesa, decidiendo de inmediato no querer esperar a llegar a su habitación.
Solo se tiró al sofá y ahí se quedó dormido, no importandole ni siquiera lo incómodo que pudiera estar, él estaba demasiado cansado. De todo.Y su paz solo perduró un par de horas, pues a las siete en punto de la mañana su teléfono dio inicio a una sinfonía de un irritante ringtone que no hacía más que desesperarlo. Estuvo desde minutos atrás apagandolo, pero quien sea que lo estuviese llamando no se rendía e insitía aun más que él en querer dormir. Rendido, se levantó con dolor de cuello y espalda, tomó el celular y vió que se trataba meramente de su madre molestando desde temprano. Bufó con cansancio.
Conociéndola como lo hacía, no se cansaría de insistir hasta que le contestara.
— Mamá.
— Por fin te dignas a contestar, Jungkook — reclamó la mujer del otro lado de la línea. Jungkook se imaginaba ese ceño fruncido y sus brazos cruzados.
— Estaba dormido.
— ¿Aún? Son las siente y media. ¿No piensas ir a la universidad?
— Es un estúpido curso en línea, mamá. Además, que te importa a ti, trabajo y me matengo, la pagó yo, sino quiero ir, no voy.
— No me hables en ese tono, jovencito. Podrás ser mayor de edad pero sigues siendo mi hijo.
Rodó los ojos y dando un suspiro cargado de frustración habló nuevamente.
— ¿Qué quieres, mamá?
— Ver a mi hijo. Desde que tú papá murió no has vuelto a casa.
— ¿A Busan? — preguntó y no pudo evitar soltar una risa sarcástica y amarga al escucharla asentir del otro lado — No quiero volver a menos que sea justamente necesario, madre. Ese lugar no es mi casa.
— Aquí te criaste, Jeon Jungkook.
— Y ahí me destruyeron también, tú fuiste parte de ello, así que no pienses que voy a ir a visitarte como si nada hubiera pasado.
— A tu padre no te dolió visitarlo.
— Murió. Obviamente iría a su funeral. Además, él no me humilló toda mi vida por ser quien soy, así que no me molestes más, mamá.
— Así que es por eso. Dios, Jungkook, superalo ya.
— Sí. ¿Sabes qué? Ten un buen día, mamá. Adiós — cortó la llamada y tiró el celular al sofá. Este rebotó, pero por suerte no termino en el suelo.
Se quedó unos minutos viendo el techo, pensando y analizando lo horrible que era su vida, lo asquerosos que eran todos en esos momentos, en lo solo que se sentía, pero no hacía nada por cambiarlo, tampoco. Era horrible aquello. Y muchas veces pensó en acabar con todo. Ya no tenía nada más que hacer vivo, ya no se sentía bien, pero aquella promesa que hizó hace ya varios años le atormentaba como un fantasma incansable.
"Prometeme que pase lo que pase, vas a cumplir todos tus sueños y vas ser feliz en otro lugar"
Aquel rostro que reflejaba dolor y tristeza, no dejaba su mente. Más seguido de lo deseado y muy de repente llegaba su recuerdo. Ese recuerdo doloroso de algo que marcó el final de una vida y el inicio de otra. Otra que estaba pausada, pues Jungkook se propuso cumplir esa promesa, pero no se sentía bien para nada, todos esos recuerdos de repente lo invadían y todo se derrumbaba una vez más.
Se levantó del sofá, fue hasta la pequeña cocina y pusó la cafetera. Tenía toda la mañana para estudiar.
Quiso hacer un curso en línea, pues el contacto muy cercano con otras personas no le gustaba para nada. En la cafetería sólo recibía dinero o entregaba pedidos, nada más que eso.
No quería tener trabajos grupales, no quería convivir con compañeros molestos, no quería repetir aquello nuevamente. Por lo que decidió irse a Seúl a estudiar y a trabajar, ya que su madre estaba en desacuerdo con aquella decisión del curso en línea.Jungkook estudiaba ingeniería en sistemas, su madre tampoco estaba de acuerdo en eso, ella nunca estaba deacuerdo en nada de lo que hacía o decidía. Por eso decidió buscar trabajo y pagar él mismo su universidad. No sólo trabajaba en la cafetería, también hacía trabajos para diferentes personas, como recoger ropa de la tintorería o pasear perros, o lo que sea que le pidieran realizar.
No ganaba mucho, pero con todo le alcanzaba para su universidad. El departamento era un regalo de su padre. Él no estuvo toda su infancia, apareció en su adolescencia y lo apoyó en todo después de eso. Apoyo económico, claro esta, pues emocional no tenía mucho con que ayudar, no se conocían para nada, sólo sabía que él fue su progenitor.Prometió pagarle el departamento cuando terminase su carrera y tuviese un mejor empleo. Su padre se negó, pues se sentía culpable por su ausencia; su nueva esposa le reprochó el desaparecer de la vida de su otro hijo y aunque su padre lo hacía por ella, Jungkook aceptó la ayuda. Era mejor eso que vivir con su mamá reprochandole hasta su manera de respirar.
Al tiempo, su padre falleció de cáncer en los pulmones y el departamento fue su herencia, más un auto bastante costoso. No lo usaba mucho, prefería caminar y sentir el aire fresco en su rostro. Estar encerrado lo hacía sentir muy inquieto y los recuerdos lo invadían con rápidez. Sólo estaba en su casa cuando estudiaba, pues al menos se distraía del encierro y la soledad. Pero si tenía tiempo libre, que era muy escaso, salía y se iba al parque que estaba cerca de su cuadra o de la cafetería.
En resumen su vida era trabajar, estudiar y pasar el rato en el parque viendo a las personas pasar y, quizá, ser felices con sus vidas. Una vida triste y vacía realmente, pero así era como debía ser.
Estaba tomando su café cuando su teléfono sonó con la notificación de la aplicación de su otro empleo. Se acercó al sofá y lo tomó viendo que una señora le pedía cuidar a su cachorro desde las ocho hasta las tres que su hijo pasase por él. Aceptó la solicitud y fue a terminar su café, para después bañarse y ponerse ropa cómoda.
Vio la hora, eran las siete y cincuenta. Revisó la dirección que le envió la señora para recoger al perro y notó que no estaba muy lejos.Le gustaba cuidar perritos, siempre eran perros de raza a los cuales trataban como hijos, por lo que no eran peligrosos ni muy grandes tampoco. Las mascotas eran una buena compañía y aun qué no lo aceptara en voz alta, eso era lo que necesitaba desde hace mucho.
Compañía, para acabar con ese sentimiento de vacío en su interior.
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Step by Step | Kookv
Fiksi PenggemarJeon Jungkook estaba roto. Estaba perdido en la oscuridad. Completamente solo. Siendo absorto por sus pensamientos y los recuerdos de un pasado que simplemente lo hundía más en la tristeza. Tenía miedo. No quería darle permiso a nadie para entrar e...