33. Él y Drake.

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{Even though we're going through it. And it makes you feel alone
Just know that I would die for you. Baby I would die for you, yeah.}

(Die for you — The Weeknd)


—¿Qué? —murmuré aún adormecida. Si era una broma, era de verdadero mal gusto.

—Finn ha llamado hace unos minutos. Ha tenido que ir al hospital porque le han avisado de una urgencia, y cuando lo ha visto ha llamado. Mel, Jake está despierto.

—Coge las llaves del coche, Drake.

Me levanté de golpe de la cama apartando las sábanas de mí. Me puse los zapatos y me vestí con lo primero que cogí, poniéndome también mi chaqueta favorita. Dejé que Drake bajara y saliera para coger el coche e ir arrancándolo. ¿Mi hermano se había despertado realmente? ¿Y si luego moría? ¿Y si el accidente le había dejado lesiones físicas graves? O peor, ¿y si no recordaba quién era?

—Drake, espero que estés preparado para conocer a mi hermano.

—No me digas eso que me asustas, ¿cómo es tu hermano?

—Majo... pero con un carácter de la hostia.

—Sep, supongo que eso es algo genético.

Sonreí ante el tono de burla en su respuesta y me quedé mirando hacia la autopista, jugueteando con mis dedos con nerviosismo. Estaba demasiado nerviosa. Tenía miedo de lo que me iba a encontrar cuando llegara, de cómo estaría mi hermano. Suspiré, intentando relajarme.

—Estará bien, si tu hermano es igual que tú, te aseguro que estará genial.

Drake condujo con una de sus manos al volante mientras llevó su mano libre hacia mi pierna, acariciándola para calmarme pero, sinceramente, no estaba haciendo el efecto que él creía que estaba haciendo. Sonreí divertida envolviendo mi mano con la suya, a lo que él me devolvió una sonrisa con picardía. No estaba acostumbrada a ser cariñosa con nadie, pero tenerlo cogido de la mano me calmaba.

—Hemos llegado —murmuró aparcando en el parking.

Me bajé a toda velocidad seguida por Drake. Caminé de forma apresurada hasta llegar a la entrada y me paré a ver la puerta unos segundos antes de entrar. Respiré de la forma más sonora que pude, calmándome poco a poco. Finalmente, entré, y subí por el ascensor hasta la planta donde estaba mi hermano.

—No pueden pasar a verlo, sólo familiares —anunció un médico al vernos querer entrar a ambos de forma tan apresurada.

—Es mi hermano —respondí sintiendo mis ojos aguarse levemente.

—Acompáñeme, señorita —me respondió, mientras yo le seguía por el pasillo.

Abrió la puerta donde se encontraba mi hermano y yo asomé mi cabeza en la habitación hasta que finalmente entré del todo. El doctor se posicionó a mi lado, mi hermano estaba dormido.

—Es un chico con suerte. No tiene heridas externas ni internas, sólo una pequeña cicatriz en el pecho. Lo único es que tendré que darle unas muletas, no podrá caminar del todo bien por el hecho de haber estado en la camilla tanto tiempo. Le tienes que ayudar y tienes que llevarle a andar muy a menudo, poco a poco se recuperará. Supongo que tú eres Melody, cuando se despertó no paraba de gritar tu nombre. Era la única persona que él quería ver. Haz algo por mí y pregúntale que es lo último que recuerda, luego me dices que te ha dicho.

Asentí con mi cabeza y el médico se fue dejándonos solos en la habitación. Me senté en mi silla de siempre y me dediqué a mirarle en silencio, con pena a despertarle. Estiré mi mano para coger la suya, acariciándola con suavidad y sintiendo una lágrima deslizarse por mi mejilla. Mi hermano había vuelto a casa.

Limerencia. [AI. # 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora