8. Una extraña escena y una sonrisa sincera.

2.3K 124 43
                                    

{The world's not perfect, but it's not that bad if we got each other, and that's all we have. I will be your mother, and I'll hold your hand. You should know I'll be there for you. When the world's not perfect, when the world's not kind.}

(If we have each other — Alec Benjamin)


—¿Por qué no has contestado a mis mensajes? —espetó Drake, parado en mitad del pasillo de la entrada y mirándome de brazos cruzados.

Alcé una de las comisuras de mis labios en una mueca mientras mi mirada se paseaba por su cuerpo completamente empapado. ¿Había salido con el tiempo tan horrible que hacía? ¿Por voluntad propia? No, era imposible que me creyera algo así.

—¿Por qué estás mojado? —le miré interrogante. Su expresión cambió radicalmente ante mi pregunta.

Maldito sucio playboy.

Sus labios se curvaron en una sonrisa pícara y me miró fijamente alzando una de sus cejas, malpensando mi última pregunta. Yo alcé una de mis cejas también, pero mis labios se curvaron en una mueca al entender perfectamente la referencia. Me crucé de brazos fijando también mi mirada en la suya, retándole. Ni siquiera se había molestado en responder mi pregunta, y esa mirada junto a esa sonrisa no les hacía ningún bien a mis pobres hormonas. Volví a hacerle la misma pregunta, pero esta vez sí pareció estar dispuesto a responderla.

—¿Por qué crees? ¡He salido a buscarte! ¡No tenía ni idea de dónde te habías metido, te he mandado cientos de mensajes y no has respondido ninguno! ¡Pensaba que te había pasado algo malo! —gritó, completamente enfadado y eliminando su sonrisa.

—¿En serio has salido a buscarme? —pregunté negando con mi cabeza, incrédula. No, no podía ser. Él no se preocupa por nadie que no sea él mismo. Debía de ser otro de sus truquitos hacia mi persona —. Por supuesto que no, habrás avanzado unos pasos fuera para tener la excusa de haber salido a buscarme y poder hacerte el héroe cuando llegara. No puedes intentar engañarme, Drake. Sé cómo son los chicos como tú— no quería seguir manteniendo esta conversación, así que subí las escaleras en dirección a mi habitación mientras sostenía mi cabello como podía para no empapar la casa.

—¿Ni siquiera se te puede pasar por la cabeza el hecho de que quizás no sea como tú crees que soy? Tú misma dices que no puedo opinar sobre ti y tu vida debido a que no te conozco, así que ahora yo te digo que tú tampoco puedes opinar de mí porque tú tampoco me conoces como crees —me apuntó con su dedo índice acusadoramente mientras subía las escaleras detrás de mí, dispuesto a continuar con la discusión.

Pero yo no quería seguir. Me había puesto muy feliz el hecho de reencontrarme con Ashton y la señora D después de tantos meses. Y no quería que este idiota viniera a arruinarlo de nuevo con sus estúpidas reclamaciones sobre dónde me había ido. Ya era mayorcita como para poder apañármelas sola en la calle, no necesitaba que estuviera detrás de mí a cada segundo del día. Aunque le pagaran por ser mi niñero, era obvio que no cumplía su función como tal y no me servía que usara la excusa de si hacerlo ahora.

—Déjalo ya, playboy. Esta discusión se acaba aquí —espeté seriamente yendo a abrir la puerta de mi habitación.

—Creo que no. Hay más cosas de las que tú y yo tenemos que hablar —me reclamó, indignado.

Sus dedos se envolvieron en mi muñeca, tirando de mí hacia atrás, alejándome de la puerta. Esto hizo que mis pies se vieran obligados a rotar en un movimiento brusco, lo cual hizo que me tropezara y me balanceara hacia atrás en dirección a las escaleras por las que había subido. Al ver el tamaño que tendría la caída, mis manos fueron a parar a mi cabeza para protegerla de los golpes y yo cerré los ojos con fuerza esperando el gran impacto. Un impacto que no llegó.

Limerencia. [AI. # 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora