Introducción.

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{I woke up in the morning from the wrong side of my bed. And I wish that I had stayed asleep and I wish that I was dead but I try my best to suffocate the pain that I'm feeling in my chest. I'm depressed and stressed out I need some rest. I don't wanna be alive right now It's a waste of time tand I got demons deep inside my mind and I am sick and tired. And I can't hear my own thoughts}.

(Fade away —Xam)

Me había despertado con una radiante sonrisa adornando mi rostro. Sabía que día era hoy, hoy era mi cumpleaños. Iba a cumplir mis tan esperados dieciséis años. Estaba realmente ilusionada, y me di la vuelta en la cama para poder disfrutar de la calidez de las sábanas un rato más.

—Feliz cumpleaños, pequeñaja —escuché la voz de mi hermano a mi lado.

Reí levemente antes de darme la vuelta para encontrarme con él tumbado a mi lado en mi cama. Abrí mis brazos para lanzarme a abrazarlo con fuerza a lo que él correspondió el abrazo también estrechándome entre sus brazos.

Jake era mi hermano mayor. Era cuatro años mayor que yo, y lo quería muchísimo. Era moreno, con ojos de color verde, y siempre llevaba una pequeña barba que le hacía parecer algo más mayor de lo que realmente era. Hacía ejercicio muy a menudo, así que su físico era bastante musculoso. Siempre llevaba una chaqueta de cuero que le hacía parecer bastante rudo, pero ambos llevábamos siempre unas chaquetas de ese tipo ya que eran nuestras favoritas. Aunque a él le quedaba mejor, a él le quedaba bien cualquier cosa que se pusiera. Él parecía un bad boy, siempre metiéndose en líos y en problemas, pero en realidad era un amor; al menos sí lo era conmigo.

En cambio, yo era rubia de ojos azules y delgada, ya que no solía hacer ejercicio porque lo odiaba. Si quería verme bien, tenía que arreglarme hasta que sintiera que era suficiente. Yo también llevaba chaquetas de cuero, pero no sentía que me hicieran parecer de ninguna forma, aunque mi hermano lo negara siempre diciendo que parecía mucho más seria de lo que realmente era. Yo no parecía un amor, y no lo era, sólo solía serlo con mis amigos más cercanos y con mi hermano. Hay cosas que no cambian nunca a pesar de que las situaciones sean diferentes.

—Gracias, Jake —reí levantándome de la cama para darle un golpe con mi almohada.

Solté una carcajada ante su cara de indignación y en un movimiento me quitó la almohada comenzando a golpearme a mí.

—Ahí llega la venganza —dijo entre risas comenzando a hacerme cosquillas y dejando la almohada a un lado.

Aproveché su despiste con la almohada y entre carcajadas escandalosas que me era inevitable no soltar, agarré de vuelta la almohada y comencé a darle con ella para obligarle a que se apartara.

Finalmente logré que se apartara y aproveché para salir corriendo en dirección al salón. Apenas había llegado a bajar un par de escalones cuando sentí sus brazos rodeando mi cintura para abrazarme con fuerza y dejar un beso en mi mejilla antes de cargarme sobre su hombro, a lo que yo empecé a patalear exigiendo que me bajara entre risas.

Con él eso era inevitable. Reír y sonreír, era completamente inevitable. Él era el dueño de todas mis alegrías, y estaba segura de que jamás encontraría hombres mejores que mi hermano y mi padre. Aunque cualquier chico sería capaz de superar a mi padre, pero no a mi hermano.

—Vamos, pequeñaja. Te he comprado una tarta de chocolate, esa que tanto te gusta de la cafetería de la señora Duncan. Así te la comes conmigo y empiezas bien tu día —dijo entre risas bajándome nuevamente al suelo para que pudiera salir corriendo en dirección a la cocina a comprobar si eran ciertas sus palabras.

Limerencia. [AI. # 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora