Limerencia. [AI. # 1]

10. Mi ropa no es una invitación, y el amor no existe.

{So we'll piss off the neighbors
In the place that feels the tears. The place to lose your fears

Yeah, reckless behavior. A place that is so pure, so dirty and rawIn the bed all day, bed all day, bed all day. Fucking and fighting on.}

(Pillowtalk-Zayn Malik.)

Anduve lo más rápido que pude para salir de casa. Ela me había llamado, al parecer tenía algo importante que contarme, y más le valía que fuera realmente importante porque si no la iba a matar con mis propias manos. Justo cuando había llamado yo le estaba preparando una pequeña broma a Drake, y me había quedado a medias por eso mismo.

Llamé al timbre frenéticamente en cuanto llegué a casa de Ela.

—Ela, ábreme la puerta ya, me estoy congelando —suspiré abrigándome con la chaqueta lo máximo posible.

El otoño había llegado, las hojas de los árboles eran arrastradas por el soplo del viento y todo el mundo iba con chaqueta, sudaderas y muchos otros tipos de ropa que les abrigaba por completo. Todos, menos Ela. Llevaba puesta una falda un par de dedos por encima de sus rodillas y una camiseta que dejaba ver parte de su ombligo, además de unas simples zapatillas Nike.

—¿Qué te parece? ¿Voy bien? —cuestionó haciendo poses enseñándome su conjunto.

—Te queda muy bien, pero hace un frío de muerte. Ve a cambiarte, no quiero que te resfríes.

Ela negó con la cabeza poniendo una chaqueta sobre sus hombros para que estuviera más tranquila, luego me dejó pasar al interior de su casa antes de que nos fuéramos, porque quería charlar conmigo como buena mejor amiga chismosa que era.

—Estaba a punto de gastarle a Drake una broma, una de las buenas, y me has interrumpido sólo para ver el conjunto de ropa que has elegido hoy —me quejé, sentándome a su lado en el sofá.

—¿Estás segura de que es buena idea hacerle bromas a Drake Callen? —me preguntó dirigiéndose a la nevera con una pequeña sonrisa de burla y sacando un trozo de chocolate.

—Pues sí, creo que es una excelente idea. ¿Por qué lo preguntas?

—Oh, pues porque sois muy parecidos, sólo eso — respondió divertida—. Piénsalo bien. Un chico orgulloso, cabezota, tozudo, al que le gusta molestar a la gente, que adora usar la ironía y el sarcasmo constantemente... Es como tu versión masculina. Es igualito a ti y creo que no es buena idea usar tus bromas contra él porque estoy segura de que tarde o temprano te la devolverá.

—¿Igualito a mí? —comencé a reír escandalosamente, a carcajadas, hasta que las comisuras de mis labios comenzaron a doler—. Por favor, date cuenta de las estupideces que estás diciendo. ¿Drake Callen igualito a mí? Es la cosa más ridícula que he escuchado nunca, Ela.

—Lo sois.

—¿Tú crees que soy mala persona?

—Por supuesto que no, estúpida. ¿A qué viene esa pregunta?

—Porque entonces la respuesta es un absoluto no, no me parezco a Drake en nada.

Ela se separó del espejo para mirarme con una ceja alzada. Después de haberse comido su chocolate, se había plantado delante del espejo y había comenzado a maquillarse a conciencia mientras que hablaba conmigo sobre el tema.

—Espera, ¿tú crees que Drake es mala persona? —cuestionó, apuntándome con su pintalabios.

—Le hace daño a la gente sin importarle nada, es un idiota, un playboy. Claro que es una mala persona —me dirigí yo a la nevera esa vez, para sacar un trozo de chocolate y morderlo.