Capitulo Cinco

303 47 6
                                    

MIA DONNET

Palabras.

Algo simple ¿no? Algo que todo el mundo usa.

Pero lo que no saben es que esas simples palabras pueden llegar a acabar contigo, pueden acabar con tu esencia. Una parte de ti que se alimenta de aquello tan simple puede morir en un par de segundos con el simple gesto de abrir la boca y usar tus cuerdas vocales.

Mi abuela solía decir que, solo pueden acabar contigo si les das importancia a esas palabras.

Y yo lo hago.

Lamentablemente les doy importancia porque así fue mi vida entera, siempre espere las palabras de aprobación de mi madre, un te quiero de mi padre, pero jamás llegaron.

Y hoy en día aun espero algo que se que no llegaran nunca.

Las palabras son el arma y el silencio lo que te mata.

Y el silencio me mató en alma y mi cuerpo se quedó para que las palabras lo atacaran a tal punto que ya no quiere seguir aquí.

Mi familia y las personas que me rodeaban habían matado una parte de mi que ya ni siquiera recuerdo.

Me había limpiado las lágrimas, y había respirado hondo. No quería seguir mal, solo quiero una noche de tranquilidad.

—Mia te estoy hablando. —La voz de prima me saco de mis pensamiento, dirigí mi mirada hacia ella que me miraba por el retrovisor.

— ¿Decías?

—Hemos llegado ya. — efectivamente habíamos llegado, la casa era enorme, las paredes blancas con ventanales grandes, una fachada llena de plantas, lo que se me hacia raro es no escuchar música ni ver gente, estaba todo vacío.

— ¿Es aquí? —Señale la casa que teníamos enfrente.

—Es lo que te acabo de decir.

—Oh.

Dije con simpleza mientras desabrochaba el cinturón de seguridad.

—Recuerda Mia si alguien pregunta quién eres ni se te ocurra decir que eres nuestra prima ¿De acuerdo? —Aclare mi garganta y solo asentí.

Las tres nos dirigimos hacia la enorme casa, pasamos por un camino de rocas y más flores se cruzaron en mi vista.

Vaya alguien ama las flores.

Entramos a la casa que estaba vacía, mis primas me llevaron a unas escaleras que conducían abajo de la casa.

¿Un sótano?

¿Es que acaso me quieren matar y luego abandonarme en un sótano?, no sería del todo loca la idea teniendo en cuenta que tengo primas desquiciadas.

Cuanto más bajábamos más se escuchaba la música, y suspire en paz al saber que hoy no era el día de mi muerte.

Había demasiada gente para mi gusto, algunos borrachos,  otros bailando, otros tragándose mutuamente, en el centro de todo estaba él bar ténder, habían unas bebidas rosas y azules colocadas en fila sobre la barra donde un chico servía aún más copas.

Entonces un sinfín de pregunta aparecieron en mi mente:

¿Qué es eso?

¿A que sabrá?

¿Será tóxico?

En momentos de nerviosismo pienso puras estupideces.

Mire a mi lado y mis primas se habían ido, ¿ahora que hago?

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora