Capitulo Tres

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MIA DONNET

Ser la última hija es complicado, al menos para mí, mis padres controlan todo lo que hago. Como me visto, quienes son mis amigos—cosa que casi nuca pueden controlar gracias a que no tengo muchos amigos—la forma de hablar, hasta pienso que quieren controlar que aire respiro.

Y el casamiento fue la gota que derramo el vaso, soporte lo del estudio, soporte que siempre decidiera que como, soporte que me vistieran como ellos querían, soporte lo del internado, pero esto no, casarme jamás.

Mi hermana jamás hizo lo que ellos quisieron y por eso se esmeran conmigo, quieren que sea una hija perfecta, la hija que siempre quisieron tener.

Mi hermana se fue de casa con tan solo diecinueve años, aun recuerdo la discusión que tuvieron ese día. El día que ella no cumplió su promesa, Bella quería estudiar arte, pero mis padres no lo permitieron, ellos quieran que ella fuera la heredera de la cadena de abogados que tiene mi padre por eso querían que siguiera Derecho, pero ella se negó, mi padre le dijo que si no quería seguir sus reglas que se fuera y así lo hizo, ella se fue y me dejo.

Me dejo después de haberme prometido que jamás se iría y jamás me dejaría sola, el día que ella se marcho entendí que las promesas siempre se rompen sin importar que lo intentes, terminaras rompiéndola aun habiéndola cumplido.

Desde entonces mis padres se han esforzado en tratarme como una muñeca.

Quieren que yo sea lo que Bella no fue, lo que ellos aun no saben y de lo cual nunca se enteraran es que con cada acción que ellos hacen por tratar de cambiarme me rompe en mil pedazos y sé que algún día acabaran por dejarme en polvo, pero lo peor es que yo dejo que hagan lo que quieran conmigo, no me opongo a nada porque quiero su aprobación y saber que están orgullosos de mi.

Las gotas de lluvia me hicieron salir de mis pensamientos, ¡diablos! se me olvido que llovía y no traje ninguna sombrilla conmigo. Todo por querer salir de casa, Seguí caminando hasta un parque que se encuentra cerca de mi casa y me refugie en un árbol que estaba ahí.

Había unos pequeños columpios de madera, un resbaladero y una casita con un puente de madera incluido. Había mesas, bancos y un estanque donde se encontraban unos patos.

Sonreí ante el recuerdo de mi abuela y mi hermana dándole de comer a los patos y yo cayéndome en el estanque porque me trómpese con un pato, mi abuela y mi hermana riéndose de mí en lugar de ayudarme y yo llorando, pero se me paso cuando un patito se me acerco y seguí nadando con el pato hasta que mi abuela se compadeció de mí y me saco.

Unas risas me sacaron de mis pasamientos de nuevo.

Debes de dejar de soñar despierta o un día de estos te van a robar.

Mi vista se poso en dos chicos—específicamente una chica y un chico—que estaban cerca de mí. Se encontraban en los columpios de madera riendo y compitiendo por ver quién llegaba más alto, parece que no les importa mojarse sus pantalones ya que los columpios estaban mojados.

¡Oh genial! ellos si trajeron sombrilla y tu mojándote como una idiota.

La mirada de uno de ellos se poso en mi, unos ojos azules oscuros y profundos me miraban, el chico me regalo una sonrisa y yo se la devolví tímida, al momento que él me sonrió pude notar que esa profundidad tiene un gran brillo dentro.

Le dijo algo a su acompáñate y esta asintió y se encamino hacia mí con una sonrisa que me dejaba ver sus perfectos dientes.

Rayos, yo no era muy buena socializando y no es que alguien quiera acercarse a hablarme.

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora