SARA WILLIAMS
Las semanas se pasaron rápido y hoy vendrían unos socios para ver un proyecto, Jason y yo los atenderemos, el seguía de insistente.
—Llegarán en unos minutos—Comento, solo asentí sin interés alguno.—¿Te llego mi comida?
Sonreí de lado al recordar la lasaña en forma de triángulo que me envió de desayuno.
Me había mandado algo en forma de corazón y le dije que odiaba los corazones.
—Si, gracias —Eso lo hizo sonreír.
— ¿Ya estoy casi perdonado? —Pregunto y solté un suspiro.
—Tal vez.
—Perdón la tardanza—Dos personas entraron a la oficina de Jason sin siquiera tocar.
Ambos pelinegros y de ojos azules, nos levantamos de nuestros asientos y los saludamos, empezamos a hablar del proyecto en mente pero ninguno quiso trabajar en la oficina.
A regañadientes aceptamos salir con ellos a un restaurante, me tenían harta los dos, el señor Gonzales se la pasaba criticándome y la estúpida de su hermana no dejaba de coquetearle a Jason
¿¡Y este se lo permite?!
—Vaya tienes demasiados tatuajes—Ronroneo Claudia acariciando el brazo de Jason.
El le sonrió coquetamente y apreté el vaso de agua que tenia en frente.
— ¿Tienes tatuajes Sara?—Me pregunto Lorenzo y asentí.
— ¿Cuántos?—Pregunto y rodé los ojos.
No entendía que seguíamos haciendo aquí ya habíamos terminado de hablar de lo que queríamos.
—Cinco—Murmure —Aunque mi meta es tatuarme todo el cuerpo.
Mentira.
—Eso se miraría muy mal en una dama—Lo observe—A ustedes las chicas las hace ver vulgares.
Estaba a punto de romperle la boca, lo juro, pero me contuve.
—Tengo una visión muy diferente a la suya —Asegure.
Claudia seguía elogiando a Jason por sus tatuajes pero mi cara se descompuso al ver como le robaba un beso y el idiota lo permitió.
—Déjeme decirle que esa visión esta muy mal—Murmuró, me gire a verlo—Una mujer no puede tener tantos tatuajes en su cuerpo, le quitaría el respeto.
Me levante bruscamente de mi silla llamando la atención de todos, me disculpe y me dirigí al baño.
Me gire para ver como Claudia tocaba a Jason, ¡denme un respiro!
Entre rápidamente en el baño y me puse enfrente del espejo del lavabo, odio a todos en este preciso momento.
Masajee mi sien y suspire, agradecía que no había nadie dentro.
—Oh linda, tienes dolor de cabeza—Mire a Claudia a través del espejo.
—No, estoy bien—Conteste cortante.
—Oh, bien—Se posiciono a mi lado y empezó a aplicarse labial, suspire y empecé a acomodar mi ropa.
—Mi hermano y tu hacen linda pareja—Comento y casi se me sale un ojo.
—No lo creo—Le dije lavándome las manos.
—¿Por qué? veo que están muy juntitos —Me guiño un ojo.
—No tanto como tu y Jason—Murmure apretando los dientes.
—Oh si, Javier y yo nos llevamos muy bien—La mire con el ceño fruncido.
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Escapando Del Matrimonio
RomanceTeníamos dos cartas sobre la mesa y solo podíamos escoger una, La primera hacer feliz a los de más y la segunda era darnos felicidad a nosotras, sin duda una respuesta difícil más cuando estás acostumbrado a hacer lo que otros dicen solo por complac...