Capítulo Cuarenta y Ocho

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SARA WILLIAMS


Creo que a veces las mentiras te llegan a romper de una forma u otra, y todas las mentiras rompen y destruyen, aún si esa mentira era para salvar a alguien.
A veces no necesitamos ser salvados, solo aliados.

—Sara debes de comer un poco —Sonreí sin ganas

—Ya lo he hecho —Asegure, solo tome el jugo de frutos rojos que Kurt hizo para mi.

—Sara…

— ¿Saben algo del nuevo proyecto? —Mia me dio una mirada preocupada y Emma acaricio mi brazo

—No mucho, lo único que Luke me dijo fue que hoy llegarían las personas —Asentí y seguí bebiendo mi jugo

Llegamos a la empresa justo a tiempo para recibir a los nuevos socios, claro que los O’Connor vinieron o bueno Matthew y Jason lo hicieron.

—Ellos son los Bulok —Presentó a las dos personas que estaban en frente —Serán participe de nuestro nuevo proyecto.

—Espero podamos trabajar cómodamente y crear un espacio amistoso en el sentido laboral —Dijo la chica —Mi nombre es Clarisse Bulok y el mi hermano, Peter Bulok.

El solo asintió, no dijo nada solo mantenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

Al parecer, Clarisse y Jason se conocían, no paraban de reírse en toda la reunión, yo solo fingía que no lo notaba y aparte la mirada en cuanto casi se rozaban la boca.

Al terminar la reunión me levante rápidamente y salí de ahí para ya no verlos coquetearse mutuamente, si quería coquetear que lo hiciera lejos de mi porque no lo voy a negar eso me dolió y el no tiene la culpa, no estamos juntos y puede coquetear libremente con quien quiera, pero lejos de mi.

— ¿Un café?—Alguien se posiciono a mi lado, su voz era gruesa pero delicada al mismo tiempo.

Alce la mirada encontrándome con dos ojos verdes.

—No lo creo —seguí esperando al elevador.

— ¿Segura? Parece cansada —Alce una ceja.

—Le aseguro que no lo estoy.

—Puede intentar cubrírselas con maquillaje pero los ojos Jamás engañan —Su aliento choco contra mi oído.

Sonreí de lado.

—Tanto se nota —Me gire un poco hacia el sonriendo de lado

—La verdad si —Sonrió —Peter

Estiro la mano.

—Sara —Ambos sonreímos —Acepto el café —Murmure —Pero te advierto que no busco a nadie por el momento.

—Tranquila, yo tampoco, tengo a alguien especial en Nueva York.

—Bien, entonces vamos.

—A donde van —La voz de Jason me causo escalofríos.

—No te importa.

—Por un café —Respondimos los dos.

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora