Capitulo Seis

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SARA WILLIAMS

Nerviosa.

Era una palabra que me identificaba en este momento.

Enfrentar a tu amiga y tu novio como si fuera lo más normal del mundo y aparentar que no duele es mucha presión.

Además de que con Henry pase muchos buenos momentos, lo peor es que lo amo y Romina siempre estuvo allí. Pero luego pienso en como ellos me traicionaron y se burlaron de mi y dejo aún lado mis sentimientos.

—Me muero de los nervios. —Le dije a Laura.

Estaba a mi lado, mientras yo estaba hecha un manojo de nervios. En cambio ella estaba más fresca que una lechuga.

—Yo igual —Mire el gran edificio que teníamos en frente.

Me debatía internamente si lo que haría estaba bien o no y en como me ocasionará problemas en un futuro. Tal vez estaba siendo pesimista creyendo que por hacer esto en un futuro me afectará, aunque creo que no estoy tan loca contra ese pensamiento.

— ¿Segura que funcionará?

—Créeme si funcionará. —Bebió del café que tenía en mano mientras en la otra llevaba una dona.

Mmmm... esa dona se ve deliciosa.

Intente quitarle la dona pero me dio un manotazo en la mano antes de que pudiera alcanzarla, intenté hacerlo de nueva cuenta y como niña recelosa lo alejo de mi, resignada suspire mientras miraba como las personas entraban y salían del edificio.

— ¿Bob tienes lista la cámara?—Pregunto Laura, mire como se llevaba el último pedazo que quedaba mientras yo tragaba saliva.

—Oh, claro que si cariño. —Me olvide por unos segundos de la dona y alce una ceja por la forma en que la llamo.

— ¿Le dijiste cariño?—Se puso nervioso y Laura tenía las mejillas sonrojadas.

Sonreí de lado al ver como ambos compartían una mirada extraña, ahí sucedía algo, no me podían engañar.

—Tu ruptura está afectando tu audición. —Abrí la boca indignada.

— ¡Oye!

—Perdón. —Se río nervioso mientras acomodaba su corbata y miraba a todos lados menos a mi, negué con la cabeza divertida.

Laura me inspecciono de arriba hacia abajo como si esa mirada y esa palabra nunca existió.

—Pequeña ese conjunto te queda de muerte. —Le sonreí agradecida— ¿Verdad Bob?

Mordió su dona y asintió—Diez de diez para ti y ese conjunto.

Les sonreí a ambos agradecida. No se que hubiera hecho sin ellos, son casi como mi familia, recuerdo que de niña me encantaba fastidiar a Bob para que me peinara el cabello mientras Laura grababa todo ya que él no sabia como hacerlo, Laura lo miro sonriente a él y él le devolvió la sonrisa, aclare la garganta y ambos me vieron.

— ¿Por qué no compraron donas y café para mi?—Pregunte cruzándome de brazos ignorando el momento que ambos tuvieron.

—Te preguntamos y tu estabas perdida en tus pensamientos—Alce una ceja y negué lentamente con la cabeza.

Seguro que me preguntaron.

Bob me dio el restante de su dona y le sonreí agradecida, los tres nos apoyamos en el carro mientras mirábamos el gran edificio, Mordí mi dona y suspire. La mejor dona del mundo.

Creo que acabo de tener un orgasmo bucal.

¡Oh si! El mejor.

—Bueno Sara, es el momento. —Asentí viendo el edificio y respirando pesadamente.

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora