Capítulo Trece

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EMMA HARRIS

No sé en qué momento me quede dormida, pero cuando abrí los ojos todo se miraba oscuro, debía ser de noche aun.

Tome mi teléfono que estaba en el bolsillo de mi Suéter, restregué mis ojos con el dorso de mi mano y casi me caigo cuando vi la hora.

7:40 a.m

¿¡Carajo!?

— ¡Chicas levántese! —Ambas se removieron en la cama.

— ¿¡Chicas?!—Grité de nuevo, comencé a buscar mis zapatos — ¿¡Malditos troncos?!—Gruñí al ver como seguían durmiendo.

Ya entiendo a mi abuela cuando me despertaba para ir a la escuela y yo no me levantaba.

— ¡Emma Cállate! tengo sueño. —Gruñó Sara.

—Chi... —Los golpes de afuera me hizo callar.

Las dos se sentaron en la cama, Sara estaba a punto de estallar y Mia... ella parecía que estuviera en otro planeta.

— ¿Quién está haciendo ese ruido?—Bostezo Mia.

— ¡¿A levantarse señoritas?!—Porque no me sorprende. —Hoy es su primer día de trabajo y se están retrasando. —Volvió a golpear lo que supuse era el sartén y la cuchara.

—A veces lo odio. —Sara volvió a acostarse en la cama mientras se tapaba con las sábanas.

—Levántate—Le dije mientras sacudía lo que esperaba fuera su hombro.

—Un minuto. —Murmuró. —Y estas aplastando mi teta.

—Lo siento —Quite mi mano rápidamente —Todos sabemos que tus minutos son horas.

— ¿Y qué? No es un pecado.

—Sara.

— ¡Qué me dejes dormir!¡joder!, será mi trabajo el que perderé no el tuyo, ya vete. —Espeto molesta.

No sé porque estoy intentando levantarla si se que no se despertara.

—Haz lo que quieres, debo ducharme. —Camine hacia la salida.

—Y yo debo sacar a Sara de mi habitación. —Comento estirando su cuerpo y mirando a Sara.

—Ni se te ocurra Donnet. —Dijo la susodicha.

Salí de ahí y me encamine hacia mi habitación cruzándome con Luke que aún sostenía lo que denominamos el arma homicida.

— ¡Buen día!

—Tarde, Emma— golpeo su reloj con el dedo— te has levantado tarde.

—Como sea, mi jefe me adora, no podrá despedirme.

— ¿¡Tu jefe está empezando a odiarte?! —Me grito desde la lejanía.

— ¿¡Todos sabemos que no es cierto!?—Grite de vuelta.

— ¿¡Déjenme dormir, joder!?

Entre a mi habitación con una sonrisa y me di una ducha rápida, fui hacia mi armario y busque lo más formal que tenia. Encontré unos pantalones de mezclilla de tiro alto, una blusa negra de mangas cortas y me coloque una gabardina marrón que me llegaba a los muslos y unos botines negros, creo que necesito comprar ropa formal para mi trabajo.

Salí de mi habitación al mismo tiempo que Sara, traía puesto unos pantalones beige de tiro alto, una blusa negra que la traía metida dentro del pantalón y una gabardina negra que le llegaba a los muslos junto con unos tacones negros de tacón cuadrado.

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora