Capitulo Cincuenta y Siete

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MARATÓN 1/2









SARA WILLIAMS

—Jason tu maldita alarma —Gruñí y el solo murmuró entre sueños.

Me levante enfadada y busque su teléfono para apagar su alarma. Fui al baño arrastrando los pies, me cepille los dientes luego tome un vaso y lo llene cerca de la mitad.

Mi chico dormía plácidamente pero lástima que no seguiría así.

Vacíe un poco de agua en su rostro pero ni así se levantó, resople y lo vacíe todo sobre él. Un solo ojo se abrió y luego frunció el ceño.

—Rubia a veces te odio.

—Gracias.

Deje el vaso en la cómoda y él se sentó somnoliento, se estiro y luego me miro con una sonrisa. Me tomo de la cintura y me puse a horcajadas sobre él.

—Tu vuelo sale en una hora.

—Lo sé —Escondió su cara en mi cuello y lo abrace feliz —No quiero irme.

—Perdóname amor pero tienes que irte —Bese su mejilla.

Comenzó a reírse.

— ¿Qué pasa?

—Oh nada —Me levante de él y lo deje comenzar a asearse

—Nena ¿quieres ducharte conmigo?

—No abuses Jason, sigues tratando de conquistarme ¿recuerdas? —Me cruce de brazos.

—Si bueno creo que lo de ayer se salto la regla de reconquistar—Sonrió coquetamente desde la puerta del baño.

—Jason —Le arroje una almohada y el solo río. —Ayer fue un desliz.

Pase la lengua por mis dientes al ver sus definidos músculos del abdomen y esa V tan marcada.

—El mejor deslizo hacia tus piernas.

Rodé los ojos y camine directamente a la puerta.

—Iré a ver si el desayuno está listo.

—De acuerdo. Luego ven y dúchate conmigo.

—Ya quisieras.

Estuvo conmigo casi una semana entera y fue mi mejor semana, paseamos, tuvimos citas y algunas otras cosas. Rafael apareció otra vez y digamos que pelearon con Jason pero aparte de eso todo estuvo perfecto.

El desayuno se sirvió justo a tiempo cuando el bajo. Un traje a su medida adornaba su musculoso cuerpo, la camisa la traía abierta en los primeros tres botones, sus tatuajes resaltaban y su cabello había crecido demasiado desde la última vez que lo vi y se miraba perfecto.

—Solo tengo media hora antes de irme —Se sentó a mi lado.

—Lo sé —Sonreí con cierta tristeza.

—Prometo llamarte todos los días.

—Eso espero o me voy a enfadar mucho —Bese sus labios.

—Y no queremos que eso pase ¿Verdad?

Comimos entre risas y anécdotas. Y esta semana solo sirvió para saber que lo amo demasiado. Casi cuatro meses sin él fue una tortura.

—Sara debo abordar —Seguí besando sus labios. —Está bien bomboncito un poco más.

Me reí cuando comenzó a devolverme los besos, ¿desde cuándo soy tan empalagosa?

—Cuídate y por favor no te emborraches sin mi—Lo abrace.

Escapando Del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora