ventitré ✔︎

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Una nueva semana había comenzado, Jungkook y TaeHyung seguían viendo como podían atacar a Daegu, pero algo que se les hacía extraño, es que aún no llegaran armadas de Daegu a Seúl.

Yoongi y JiMin trataban de entretener a SeokJin, el pelimorado casi no salía de la habitación y casi no comía, pues el estar separado casi una semana de su alfa le había afectaba. A los otros dos omegas les preocupaba eso, pues el hecho de que no comiera bien, afectaría a su pequeño cachorro que acababa de cumplir cuatro meses.

— Vamos Jinie, debes pensar en tu cachorro. — Yoon trataba de hacer razonar a Seok.

— ¿Y qué pasa si Namjoon muere? ¿¡O qué tal si ya murió!? — al pelimorado se le cristalizaron los ojos de solo pensar en eso.

— Si Namjoon estuviera muerto, tu marca ya habría desaparecido. — JiMin dijo dándole un poco de lógica.

— P-Pero...

— Piensa en positivo, Seokjin. — el rubio le dijo interrumpiendo a SeokJin.

El pelimorado no dijo nada más, sabía que los otros dos tenían razón, pero la preocupación era mucha sin saber como estaba su alfa.

[...]

— Su majestad, ya se han enviado tropas a Seúl. — la voz de un hombre se escuchó.

— Excelente. ¿Dónde está el rey de Busan? — el rey de Daegu preguntó.

— Lo siento señor, escapó. — el hombre se colocó repentinamente nervioso.

— ¿¡Y su omega!? — el rey frunció el ceño.

— El rey lo mandó a Seúl antes del ataque. En cuanto enviamos a Mingyu allá a que matara al hermano del rey Kim, su cuñado lo envió a Seúl. — el hombre respondió mordiendo su labio inferior.

— ¿¡Y ahora qué!? ¿¡Qué pasó con Busan!? — el rey gritó con fuerza.

— Hemos logrado destruir parte del castillo, pero el rey escapó. Creemos que va directo a Seúl, a dónde está su omega.

— ¿¡Y el pueblo!?

— Señor, el punto es asesinar a los reyes, los pueblos no tienen nada que hacer. No podemos asesinarlos a todos. — el hombre trató de razonar — No olvidemos que nuestro objetivo es el príncipe Yoongi. — susurró el hombre, pero el rey lo escuchó.

— Tienes razón, el pueblo lo pueden dejar en paz. — el rey sonrió — ¡¡Pero quiero que vayan a buscar al rey Kim Namjoon y a su omega!!

— Señor... ¿Por qué atacamos a Busan? — el hombre preguntó curioso.

— Sabemos que el hermano del rey de Seúl es Kim Seokjin, omega del rey Kim Namjoon. Además, todos los pueblos que estén aliados a Seúl, sufrirán. — el rey rió con maldad.

[...]

— ¿Yoongi te sientes bien? — Seokjin preguntó al rubio.

Había amanecido y Min se había quedado con Jin en la noche, para hacerle compañía, pues el pelimorado se sentía muy solito, pero en la mañana cuando el rubio despertó, había tenido repentinas náuseas y fue rápidamente a vomitar.

— S-Sí... Creo que solo me cayó mal la cena de ayer. — el rubio trató de sonreír.

— Yoongi... — susurró el mayor agachándose.

— ¡Hyung! No te agaches, te puedes lastimar. — Min se levantó rápidamente, pero las náuseas volvieron, haciéndole vomitar nuevamente.

— Yoongi... Este... Tengo entendido que tu celo llegó cuando estabas en Busan ¿No es así? —el rubio asintió — Eso fue hace casi dos semanas... y... — allí es cuándo el rubio entendió.

— ¡Seokjin hyung! ¿¡Qué insinúa!? — Min se sorprendió demasiado — Solo tengo 18 años, no... — susurró el rubio.

— Aún no es seguro Yoonie, pero estoy casi seguro, tu aroma está más dulce de lo normal. TaeHyung lo va a notar. — el pelimorado sonrió.

— ¿Cómo es que Namjoon se dió cuenta de que estabas en estado? — preguntó curioso el rubio.

— Oh, fue una mañana. Desperté porque sentía la nariz de Nam haciéndome cosquillas, cuando le pregunté que pasaba, dijo que sentía mi aroma diferente. — empezó a explicar — Él estaba nervioso, lo sentía a travez del lazo, pero yo aún no entendía nada.

— ¿Y luego que pasó? — preguntó el rubio como un pequeño niño curioso.

— Entonces empezaron las náuseas mañaneras, y Namjoon dijo que llamaría a un doctor, y el doctor confirmó lo que ya sabes. Al principio yo estaba sorprendido, estaba asustado de como reaccionaria Joonie, pero de repente lo ví llorar y me abrazó, dijo que era feliz. — sonrió Seok con nostalgia, como extrañaba a su alfa.

— Y-Yo... No me imagino un cachorro en mi. — susurró el rubio, posando una mano en su vientre.

— Si enserio es eso... Ay... Siento que lloraré. — al mayor se le cristalizaron los ojos.

— Hyung... — susurró el menor.

— Llamaré a un doctor, tú espera aquí, no quiero que TaeHyung se entere aún. — Jin dijo saliendo dela habitación.

Yoongi estaba nervioso y desesperado, trataba de no mostrar tanto los sentimientos, pues sabía que Kim lo podría sentir. No pasaron ni cinco minutos y Seokjin regresó y detrás de él estaba el doctor que ya conocía.

— Majestad... — el doctor hizo una reverencia — El rey Seokjin me ha explicado todo, ¿Me permitiría checarlo? — el viejo alfa sonrió y el rubio asintió.

Seokjin estaba impaciente, no sabía lo que podría decir aquel doctor y Yoongi no se quedaba atrás, él también estaba nervioso e impaciente. La puerta es repentinamente abierta, asustando a los omegas.

— Seokjin, TaeHyung quiere que... ¿¡Yoongi!? — JiMin entró en la habitación — ¿Qué pas... — el pelirrosa se interrumpió a sí mismo al notar lo que pasaba y abrió los ojos como platos.

— No le digas nada a Tae. — Jin dijo rápidamente.

Ahora eran tres omegas los que estaban impacientes por saber cual era el resultado. A JiMin ya se la había olvidado el mensaje que le daría a SeokJin por la emoción del momento.

— Muy bien, está confirmado. El omega Yoongi está en la dulce espera. — el doctor sonrió.

Los omegas no lo podían creer. El primero en estallar en llanto fue Seokjin quien estaba muy sensible debido al embarazo, después le sigue Min que estaba asustado por todo, por tener una vida dentro de él, una vida creada por él y por TaeHyung, su alfa. JiMin no lloraba, sin embargo eso no quiere decir que no esté emocionado. Los tres omegas estaban demasiado felices.

Pero Yoongi tenía un miedo. Pues estar embarazado en medio de la guerra no era algo que pasaba todos los días.

𝙈𝙔 𝙆𝙄𝙉𝙂 ➸ 𝘛𝘢𝘦𝘎𝘪ᵃᵈᵃᵖDonde viven las historias. Descúbrelo ahora