Capítulo 21.

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EditorialVersalles
Aquí he publicado un fanvid relacionado con este fic, como parte del reto de la segunda fase del concurso.

Holaa! Antes que nada, quiero recomendarles una historia que yo adoro y que pueden encontrar en la página Fanfiction.net donde también me encuentro. Se llama Siete Soles, y aunque la autora (Rizzeta Tonks, a quien no tengo el gusto de conocer) la ha dejado a medias, es sin lugar a dudas una historia genial Harry x Luna con insinuación de Druna. Les pido que si les agrada, dejen un comentario, a ver si así regresa con nuevos capítulos.

Ahora sí, lo que nos compete:

Disclaimer:
Las obras de Harry Potter ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. Sólo es de mi autoría la trama de esta historia y NO autorizo su publicación, entera o parcial, en otro sitio sin mi consentimiento.
Christian McKinley y Elisa Eldestein son personajes de mi propiedad.

Capítulo 21.

-Nof entienfdo pof qué tanfto alfborofo.

-No comas con la boca llena. ¿No te das cuenta de que Malfoy puede volver a discutir con Luna? Es evidente que la última vez que McKinley se le acercó a Luna, Malfoy la molestó por ello -explicó Hermione, desesperada porque Ronald siguiera alimentándose sin miramientos mientras quizá la más inofensiva persona que conocían corría el riesgo de ser víctima de un Malfoy muy enojado-. ¿O no, Harry?

Harry Potter se mantenía en silencio, analizando la situación. Algo muy extraño estaba pasando, más tal vez que el hecho de que una de sus mejores amigas se comprometiera con Malfoy por obligación. Se limitó a asentir. Puede que entre el rubio y él se hubiera establecido una tácita tregua y una silenciosa cordialidad, en parte por la culpa de casi haber desangrado a Malfoy con aquél hechizo sacado del libro de pociones, en parte por los pequeños actos de redención, de sutil apoyo, del rubio durante la guerra. Pero eso no significaba que aprobara ese matrimonio, y había estado rompiéndose la cabeza pensando en un modo de romper el contrato vinculante.

-Hermione, ¿Estás segura de que no hay manera?

-Si la hay, yo no la he encontrado. He revisado todos los textos sobre el tema en la biblioteca...-contestó sin apartar la vista y en ese momento justo, Luna saludaba efusivamente con la mano hacia la mesa de los Sly-. Ay no, Harry, mirá.

Ron alzó la cabeza también, los tres expectantes de la reacción del rubio que se limitó a un escueto y demorado asentimiento con la cabeza a modo de frío saludo. Hermione pareció volver a respirar.
Mientras que en la mesa de Slytherin se producía un debate, también se dio entre ellos uno.

-No sucedió nada -observó Wesley, que se limpiaba las comisuras con la servilleta y procedía a tomar un vaso de jugo de calabaza, pareciendo quizá un poco decepcionado. Aún buscaba la mínima excusa para hechizar a Draco-.

-Malfoy está planeando algo -no fue de sorprender la acusación de Harry, ante la que Hermione rodó los ojos-.

-Puede ser, o puede ser que simplemente...

-Tal vez no le interesa, después de todo no creo que esté feliz de casarse con Luna. No me mal entiendan, Luna es grandiosa, pero... ¡Es Malfoy! Definitivamente ella no es su tipo -dijo Ron-.

Hermione estrechó los ojos, por alguna razón no le gustó aquél comentario, al que sintió como algo personal, y se preguntó ¿Por qué razón Luna no sería del tipo de cualquiera?

-Luna puede ser extraña, pero es bonita y es una muy buena persona, y es nuestra amiga. Yo estoy muy segura de que cualquiera estaría feliz de casarse con ella, ¿O no Harry?

Harry Potter en ese momento se sintió en un aprieto, y una incomodidad profunda se apoderó de él, que se removió inquieto en su lugar. Hermione era capaz de despertar reflexiones en los demás con ese tipo de preguntas tan simples, y entonces supo que sí, que cualquiera debería considerarse afortunado de tener a Luna en su vida. De hecho, él mismo se sintió afortunado de ello y un tanto desagradecido.

-Tienes razón.

-¡Ya ves, Ron!

Lo que parecía el inicio de una discusión entre Hermione y Ron, que sin dudas le traería dolor de cabeza a Harry Potter, murió con un suceso inesperado: dos integrantes de la mesa de Slytherin atravesaron el comedor para mudarse a la mesa de Ravenclaw, en un hecho sin precedentes.

...

Mientras tanto en la mesa de Slytherin...

-Voy a matarlos. Lenta, dolorosamente -siseó en voz baja el rubio, con la mirada fija en sus dos compañeros de casa que con completo descaro y despreocupación por las posibles consecuencias, se habían ido a sentar con las águilas. Se habría pasado las manos por la cara con frustración si eso no fuera demasiado evidente para todo el comedor-.

...

-Me preguntaba, Lovegood, ¿Cuándo iremos nuevamente de caza?

-Oh, Blaise. Pues, tal vez cuando Theodore tenga que hacer otra tarea, pero si no la tiene, pueden acompañarme a buscar Blibbers maravillosos en el bosque, y Pansy puede venir también si lo desea.

La aludida dio un sobresalto, y una fingida sonrisa siguió a su "si, por supuesto, claro, claro". La idea de imaginarse atrapando animales pringosos con las manos y meterse a un bosque lleno de peligros no le parecía de lo más emocionante precisamente, además, estaba más ocupada en molestar a McKinley, mientras Zabini distraía a Lovegood, que en prestar atención a la charla. Había usado sus dotes de Slytherin, de mujer fatal, y cierta dosis de desfachatez para incomodarlo, empezando por hacerle preguntas irrelevantes, y continuando por aproximarse demasiado y comenzar a jugar de forma provocativa con la manga de la túnica ajena. Puede que se resistiera, que no le hiciera caso, y no es que ella tuviera verdadero interés en él, pero así iba a prender a no meterse con las serpientes. Finalmente, cuando Pansy apoyó la palma en su rodilla, logró que con un carraspeo se pusiera de pie como impelido por un resorte y pronunciara un apresurado "Luna, nos vemos más tarde para las rondas" y saliera a toda velocidad del comedor.

Pansy sonrió abiertamente, con fingida inocencia, cuando Luna comentó que era extraño que se fuera así.

-Creo que recordó algo -comentó Parkinson, muy segura de que esa águila ahora había recordado que no era tan fácil meterse con las serpientes-.

...

Desde su mesa, Draco Malfoy pudo ver cómo McKinley se levantaba y salía del comedor a toda prisa. No supo la razón, pero por el tono rojizo de su cara podía suponer que Pansy tenía algo que ver con eso.
No hubo gesto de satisfacción en su cara, la molestia seguía ahí, enmascarada por una expresión indescifrable. Esperó un momento a que el tiempo transcurriera desde la partida del ravenclaw, entonces se puso de pie y abandonó el comedor sin mirar atrás.

Por alguna razón no me toma el enlace, así que voy a dejarlo porr acá: https://youtu.be/9TQ-vJWShE8

El Dragón y la Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora