Capítulo 24

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Es más bien una escena corta, pero era ésto o que esperasen más.

De paso quiero comentarles sobre un nuevo proyecto que tengo en marcha: mi idea es terminar esta historia y luego continuar con otra pendiente en mi biblioteca hasta terminarla. Pero mientras tanto estoy trabajando en la creación de nuevos fics, algunos serán para aquí y otros serán para un catálogo a la venta. Aún es un proyecto que posiblemente tarde unos meses en iniciar, pues quiero tener un catálogo bien armado antes de lanzarlo, pero para quienes leen esta historia me pareció interesante contarles que incluiré historias druna para la venta en ese catálogo, por si algún alma caritativa se interesa en comprar algo en el futuro. Esta historia, como dije, seguiré actualizándola aquí de modo público, y seguiré actualizando luego El dios del engaño y lady Sif, y sumando fics en lo posible, así que no se asusten. Pero, ya que tengo poco trabajo en mi vida "real", me pareció interesante poder ocuparme de lo que me gusta y también obtener algún dinerillo por ahí, sin intermediarios como esas apps de libros que cobran comisión y les das tus derechos de autor.

Gracias por los comentarios y los votos, para novedades pueden seguir mi perfil, pues muuuy de vez en cuando hago algún anuncio.

EditorialVersalles, gracias por permitirme llegar a la final de vuestro concurso.

Disclaimer:
Las obras de Harry Potter ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. Sólo es de mi autoría la trama de esta historia y no autorizo su publicación, entera o parcial, en otro sitio sin mi consentimiento.
C

hristian McKinley y Elisa Eldestein son personajes de mi propiedad.

Capítulo 24.

Los días habían transcurrido a una velocidad insultante, especialmente para aquellos estudiantes que veían sus exámenes acercarse sin certeza alguna sobre sus escasos estudios. Sin embargo habían pasado con lentitud para otros, como Luna Lovegood, quien había esperando en los lugares acostumbrados sin perder la fe. Aún así, hasta entonces, Draco no había acudido, y era claro para ella de que se trataba de que la estaba evadiendo, aunque también estaba segura de que para cuando él estuviera listo, cuando el enojo se diluyera, ella estaría ahí.

Observó cómo caían las hojas de los árboles sobre su manta hecha de girones de telas de distintos colores, era como un arcoiris devencijado. Sabía que de no estar enojado, él estaría recostado allí, con la cabeza sobre sus piernas y exigiendo, porque así era él para no expresar un pedido que podría hacerlo sentir avergonzado, que le tocara el cabello. Quizá se estaría quejando de algún profesor, de algún estudiante, de las hojas que caían sobre la manta a pesar de que acabaría jugando con una de ellas entre sus dedos, o burlándose de Harry, Hermione o Ron, para luego quedarse dormido en medio de alguna historia que ella le contara. O tal vez, si estuviera de ánimo para ello, aludiría la necesidad de mantener las apariencias, entonces, habría sonreído de modo maligno para después acercarse lentamente, y, sentado contra el tronco del árbol, la habría besado varias veces, primero suave, lento, y luego con mayor atrevimiento y profundidad en cada una de ellas. A Luna le gustaban esos momentos, y esos besos, y aunque sabía que a veces nadie los estaba mirando como para que tuvieran que "guardar las apariencias", le parecía tan buena excusa como la del muerdago para besarse, pues también sabía que él no estaba listo para sincerarse y reconocer que no se trataban de apariencias, sino de deseos. Deseos... Ella deseaba que estuviera allí ahora, con la espalda contra el tronco del árbol, fingiendo que los observaban para obtener un dulce beso. Ya no sabían a enojo y sufrimiento, sino a menta y hierbabuena...

...

—¿Vas a seguir con ésto por mucho tiempo? Mírala, tiene la mirada pérdida.

—Siempre tuvo la mirada pérdida, eso no es culpa mía.

Las dos figuras contemplaban los jardines desde uno de los balcones del castillo. La figura menuda de Pansy Parkinson pareció crecer cuando su pequeño puño cerrado golpeó el brazo de Draco Malfoy.

—¡Auh! ¿Qué rayos haces?

—Los estudiantes empiezan a comentar por qué no pasas tiempo con ella, y hasta donde dijiste, él la besó a ella, no al revés. Tal vez si hablaras con Luna para aclarar las cosas...

—Me importa un rabano lo que comenten —rabanos... Como los pendientes de ella, maldición— y ¿Desde cuándo es "Luna" para ti?

—Desde que me da pena, creo.

—Tú no sientes pena de nadie, Pansy —estrechó los ojos y ella simuló no comprender—.

—Bueno... Tal vez, además de darme pena, ella me obsequió un Micropuff*

Malfoy rodó los ojos, ¿Desde cuándo a Pansy le gustaban esos bichos?

—Le puse Draquito.

—Pansy...

—¡Siempre quise un Micropuff!

Parkinson nunca había corrido tan rápido en su vida para llegar a la sala común.

*Los Micropuff son como la mascota pequeña y peluda de Ginny Wesley.

El Dragón y la Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora