2.07| Alteza

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Deberás elegir —los susurros hablaban al mismo tiempo, pero lograban formar una sola voz de una forma u otra.

—¿Elegir qué?

Con quien vas a estar...

Abrí los ojos, no hay nada de ruido en la base, los susurros se hicieron cada vez más pequeños hasta que se extinguieron por completo, todos están dormidos, aún siguen en sus habitaciones.

Me levanté y me di una ducha rápida, me puse un pantalón cargo y una playera simple, junto con mis botas militares.

Salí de la habitación y caminé hacia la cocina, me serví un cereal igual que el de ayer y me lo comí.

—Hola Kaira —Nat se acercó y la saludé con un beso en la mejilla.

—¿Ya te vas?

—Si, me llevaré este café para el camino.

—Bieeen, ve con cuidado —Nat se despidió con un beso en la mejilla, después se fue de la cocina y después salió de la base.

Recogí mi plato y caminé hacia el gimnasio, Steve salió para el entierro de Peggy, sino ya estaría en el gimnasio, Sam decidió que lo acompañaría como un apoyo silencioso.

Ya no puedo sentirlo como ayer, o incluso cuando estaba en el gimnasio que podía sentir sus golpes en mis manos.

¿Será que nuestro lazo se rompió?, quizá fue así cuando decidí que no seríamos más que amigos. Porque para ser sincera, Steve me agrada, es un hombre hecho y derecho de honor, pero mi corazón ya tiene dueño.

Me quité las botas y caminé hacia un costal al otro lado del gimnasio, no es que me moleste que me miren hacer ejercicio pero me incómoda, me puse unos guantes de boxeo y comencé a pegarle al costal.

El aire salía por mi boca cada que pegaba un golpe para evitar mejor el cansancio, aunque soy muy capaz de pasar horas golpeando sin cansarme.

Un fuerte presentimiento me empezó a invadir, como si alguien acabara de morir o como si algo malo acabara de pasar.

Me puse rápidamente las botas y me quité los guantes, tomé unos lentes de sol y salí disparada por la puerta.

Comencé a correr y correr, cada vez puedo distinguir mejor la marca de Nat.

Ella está bien, entré a un café, donde la firma de Sam parecía llamarme. Me acerqué a la barra y recosté mi cabeza en su hombro, al instante se exaltó.

—¡Kaira!, ¿qué haces aquí? —mi respiración está agitada, salí disparada del gimnasio para correr por toda la ciudad.

—Yo..., tuve un presentimiento, de que algo estaba mal o que algo malo había pasado.

—Hubo una explosión, dijeron que identificaron a Bucky como el responsable... —cuando escuché el nombre de Bucky me quedé petrificada. Se supone que él ya está fuera de servicio,¿por qué haría algo así?.

Quité mi cabeza del hombro de Sam y me acomodé mejor en la barra, Steve se acercó y se puso a un lado mío, me revolvió el cabello.

—¿Qué haces aquí?

—¿Es cierto lo de Bucky?

—No lo sé...

—¿Te dijo que te alejes?..., tal vez sea lo mejor —Sam se removió en su lugar y yo solo me quedé callada, haciéndome un poco para atrás para que pudieran hablar mejor.

—Él lo haría por mi.

—En el 45 tal vez..., solo me aseguro de considerar nuestras opciones, las personas que te disparan..., luego suelen dispararme a mí —una pequeña sonrisa salió de mi boca y tuve que voltear a otro lado para evitar reír.

Los Maximoff | Bucky Barnes          EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora