1.19| ¿Qué no lo entiendes...?

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Los chicos y yo entramos a una sala de armas, que me es bastante conocida. Todos empezaron a tomar las cosas que necesitarían, Clint tomó distintos tipos de puntas para sus flechas, Pietro se puso una playera de licra y sus tenis para correr. Wanda miraba por la ventana hacia Thor y Visión, que están afuera.

—¿Y qué con ese chico? —miré a Pietro, que se estaba amarrando las agujetas.

—¿Qué chico?

—Steve —abrí el armario y vi una chaqueta roja, se la lancé a Wanda.

—Es un amigo solamente.

—¿Segura? —asentí y tomé una pechera con cartucheras, puse varios cargadores dentro y me la puse.

Salí de la habitación y me dirigí a la cocina, abrí el grifo del agua y enjuague mis manos, poco a poco la sangre seca iba cayendo.

Pietro venía detrás de mi, pero no me volteé—. ¿Qué es lo que te pasa? —cerré la llave del agua y me sequé las manos en el pantalón.

—Yo..., no saldremos todos con vida de esta guerra estrellita —me acerqué y lo abracé, hundiendo mi cara en su pecho—. Sabes que yo mataría a quien se me pusiera en medio por ustedes, ustedes son mis bebés, pero si yo no vuelvo de esta guerra...

—No digas eso —a Pietro le recorría la tristeza, infectando cada parte de su cuerpo con rapidez. Con su voz quebrada, levanté la cabeza y sus ojos ya estaban llenos de lagrimas retenidas.

—Tienes que prometerme que, si yo no regreso, tú y Wanda seguirán adelante y tratarán de hacer lo correcto siempre.

—Kai —lo interrumpí;

—Promételo.

—¿Quieres que te prometa que te olvidaremos?, ¿cómo puedes pedirme algo tan egoísta?

—¿Egoísta?, ¡quiero asegurarme de que tengan una buena vida!

—¿Una vida sin ti es buena? —Pietro se está enojando, sus músculos están tensos y sus manos sujetan mis muñecas, me mira con tanto odio en sus ojos aunque estén llenos de lágrimas.

—A veces, hay que sacrifi-
—¡ERES MI HERMANA!,¿¡CÓMO PUEDES PEDIRME ALGO ASÍ DE HORROROSO!? —la bomba explotó.
-¡PORQUE TE AMO PIETRO!, ¡los mantuve con vida tantos años!, ¡tal vez nuestra madre nos haya dado la vida pero yo fui quien los crió!, ¡si el precio por que ustedes tengan una buena vida lejos de esta estúpida guerra es mi vida con gusto se la daré a quien reparte las cartas!, ¿qué no lo entiendes...?, yo recurriría hasta la última gota de sangre, el último centavo del mundo, mi último aliento, ¡lo que sea!, por mantenerlos con vida.

Pietro me soltó las muñecas y se limpió unas pocas lágrimas que ya corrían por su rostro. Se apoyó en la isla donde se estaba recargando y miró a otro lado, dándome a entender que no quiere seguir con este conversación. Con tanto odio, tanta tristeza, tanta preocupación, impotencia, miles de sentimientos, extendidos rápidamente por su cuerpo, como una araña que teje su telaraña.

—Promételo...

—Sabes que no puedo hacer eso...

—No lo hagas por mi,hazlo por ti y Wanda... —Pietro se quedó en silencio, rehusándose a hablar—. Necesito escucharlo... —se quedó en silencio nuevamente,poco a poco los demás sentimientos de iban guardando en una cajita en lo profundo de su corazón y la tristeza se abría paso, como si de un gran dragón se tratase, incendiando su reino.

—Lo prometo...

Salí de la cocina y caminé hacia el Jet, donde ya estaban Wanda, Clint, y Bruce.
Me senté y cerré los ojos,echando la cabeza para atrás.

Tranquila pequeña, él es Bucky, tú y él serán iguales —de pronto escuchaba una voz hablando cerca de mí.

—¿Qué? ¡no!, aleja esas cosas de mi —gritos salían de mi garganta, otra vez en esa estúpida sala.

No te resistas, ¿qué crees que le pasará a tus hermanos?

—¡No metas a mis hermanos pequeño pedazo de mierda! —el hombre sin cara asintió y la electricidad no tardó en llegar a mi cabeza.

Me desperté gritando, unos brazos me tomaron antes de caer de mi asiento, otras manos limpiaron el sudor de mi frente con una tela.

Wanda estaba frente a mi y Pietro a un lado mío, todos viéndome preocupados pero más ellos dos.

—¿Qué soñaste ésta vez? —Wanda se sentó al otro lado mío y tomó mi mano.

—Bucky, el doctor, la sala... —Pietro tomó mi otra mano y Wanda me acercó a ella mientras me abrazaba por los hombros—. Bruja número uno, a la horca ella ira...

—¿Por qué canta eso?

—Le ayuda a calmarse.

—Bruja número dos, en el rio se ahogará...

—¿Pero por qué esa canción?

—Era lo único que tenia para no volverse loca cuando estaba en Shield.

—Bruja número tres, la veremos arder..., Bruja número cuatro, recibirá latigazos...

—Llegaremos pronto, Wanda, tendrás que evacuar a la gente de la ciudad, Bruce ira por Natasha, los demás trataremos de evacuar lo más que podamos —Steve se acercó a mi y me revolvió el cabello.

La gran guerra está por llegar a nuestra puerta.

Los Maximoff | Bucky Barnes          EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora