1.15| Nick Fury

3.1K 281 68
                                    

—Bueno,ella es Kaira Maximoff —el hombre del parche me miró de arriba a abajo cuidadosamente, curioso.

—Hola —le dió una mirada a Stark y después me miró nuevamente a mi.

—Nick Fury —aún seguía curioso, puso un dedo en su barbilla tratando de recordar algo—. Tu nombre me suena familiar...

—¿Trabajas en Shield? —todos me miraron curiosos y yo solo planté mi vista en él.

—Trabajaba, digamos que Shield no existe en estos momentos.

—2003, 16 de enero —se petrificó totalmente en su lugar, el miedo y la pena comenzó a crecer por su pecho—. Era yo,¿cómo sigue ese viejo asqueroso?, espero que esté muerto —todos me seguían mirando, y a mi el único hombre que me importaba era el que tenía enfrente.

—¿Entonces si era verdad? —se removió en su lugar y también fijó la vista en mi, entrelace mis manos y las puse encima de la mesa.

Una pequeña risa salió de mis labios que llamó la atención de todos—. ¿El qué?

—Lo que te hicieron —me apuntó con la mano.

— A eso me refiero, ¿cuáles de todas las cosas?, sabe, es un poco gracioso, porque realmente nunca supe cuanto estuve en ese lugar, una vez pedí hablar con su supervisor pero como verá, la visitas no son muy bien recibidas.

—¿Y como saliste? —en su voz se notaba que no le interesaba en lo más mínimo mostrar un poco de empatía, lo que me hizo molestar.

—Oh, ellos fueron tan piadosos conmigo que me dejaron libre, pensando que iba a morir desangrada pero, a pesar de ser una niña pequeña de catorce años me las apañé muy bien, ¿sabe usted lo que es estar embarazada a los catorce?, o espere, tengo una mejor, ¿sabe usted las cosas que me hicieron ahí dentro?.

El silencio reinó en el comedor y Fury bajo la cabeza, con el sentimiento de culpa y egoísmo más presente que antes.

—Vaya, ya salieron sus trapos sucios, si que lo sabe, ¿aún conservan mi brazo?, me gustaría darle un funeral digno.

—Solo eras una niña... —comenzó pero lo interrumpí;

—¡Exacto!, ¡pero eso a ustedes no les importó! —inconscientemente le pegué a la mesa con las manos, expandiendo una ola verde por la mesa como cuando discutí con Wanda, la poca comida que había se pudrió—. ¿¡Por qué si le da tanto pesar lo que me hicieron esos meses que estuve ahí no hizo nada!?, las atrocidades que tuve que soportar sólo por seguir con vida, porque tenía bocas que alimentar, porque traté que mis hermanos no se dieran por vencidos, me dejaron por lo que fueron al menos meses ahí, porque la gente me creía muerta, meses sin comida, meses torturándome, sin dormir, ¿sabe la única vez que pude tomar agua?, cuando me ahogaron con un balde y un trapo, solo ahí pude tomar agua para no morir de lo mal que estaba.

Ahora todos me miraban atentos, algunos con la boca un poco abierta, pero todos con el sentimiento de pena en sus cuerpos, haciéndome sentir más enojada, viéndome como si fuera un cachorro herido.

—Incluso..— una risa salió de mis labios acompañada de unas lágrimas que ya resbalaban por mi mejilla—. Él, él me violó, ese tipo asqueroso se atrevió a ponerme un dedo encima, no le bastó con quebrarme tres dedos y pegarme cada que se le venía en gana mientras yo me retorcía en esa silla de metal, también me cortó mi brazo, me tiró como si fuera un juguete sucio con el que los niños ya no quieren jugar. No tiene idea del tremendo esfuerzo que hice para poder seguir con vida, para después enterarme que yo estaba embarazada, mi opción más fácil pudo ser abortarlo, pero decidí ir más allá.

Los Maximoff | Bucky Barnes          EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora