2.10| Empapada y con un hombre inconsciente

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Sam y yo nos paramos y entramos nuevamente en el edificio/oficina/celda/prisión, no sé cómo debería decirle.

Nos acercamos a la oficina y Steve y Tony están dentro y al parecer están discutiendo—. ¡Es una niña!

—¡Déjame en paz!..., hago lo que se debe —ambos están realmente exaltados.

—Sigue convenciéndote de eso, no hay que separarlas Tony —¿separar qué?, tomé la mano de Sam para ver qué está pasando, Steve le entregó una pluma a Tony y comenzó a caminar hacia nosotros, después Tony se puso los lentes.

Solté la mano de Sam y me puse los lentes, la gente de aquí no me conoce en absoluto y no sabe que soy ciega, no quiero que me vean con la mirada perdida. Y mucho menos quiero que vean mis ojos hinchados por llorar.

—Hey chicos... —Steve se rascó la nuca y dejó salir un suspiro.

—¿A quién quiere separar?, ¿y mis hermanos?, ¿qué está pasando Steve?

—Tus hermanos están bien Kaira, están en la base, todo va a estar bien —sólo asentí mientras Sam me hacía cariños en la espalda.

—¿Cuándo podré verlos de nuevo?

—Cuándo salgamos de aquí te llevaré con ellos, ¿okey? —Sam me hizo un cariño en la mejilla y asentí.

Cuándo Tony salió de la oficina nosotros volvimos a entrar, yo me senté en una silla al lado de Sam y Steve se quedó parado.

La gente se empezó a reunir a un lado de la oficina, donde hay máquinas, Tony y Natasha también están ahí.

—Aquí está su recibo —Sharon entró a la oficina y le entregó un papel a Sam, al instante pude sentir como se frunció mi ceño.

—¿Traje de pájaro?, ¿en serio? —Sam dejó el papel en la mesa y pasó su brazo por mi hombro.

—Yo no lo redacté —Sharon se apoyó en una silla a un lado de mi, probablemente Sam sintió como todo mi cuerpo se tensó porque empezó a acariciarme el hombro.

Un botón se escuchó a mi lado y al instante una pantalla se encendió.

—No vine a juzgarte, solo quiero hacerte unas preguntas —Steve se exaltó, por el volumen probablemente, si para él está alto para mí es el doble de alto—. James, ¿sabes dónde estás? —me enderecé como resorte cuando escuché el nombre de James, ¿está hablando con Bucky?—. No puedo ayudarte si no hablas conmigo James.

—Mi nombre es Bucky.

La pantalla se silenció, me está empezando a doler la cabeza—. ¿Por qué la unidad especial difundió la fotografía? —Steve dejó algo en la mesa, que supongo es la foto.

—¿Para involucrar a tantos testigos como sean posibles?.

—Claro, gran forma de sacar a alguien de su escondite, detona una bomba y te toman una foto y siete mil millones buscan al soldado del invierno.

—¿Crees que alguien lo inculpó para dar con él verdad?

—Steve, pasamos dos años buscándolo sin encontrar nada.

—No bombardeamos la ONU, eso llama la atención.

—Si pero eso no garantizó que quien lo haya atrapado lo inculpara, garantizó que nosotros si —Sharon se quedó callada, pensando, está un tanto nerviosa, apenas un poco. Steve está igual, ¿ahora que está pasando?

—Si.

—Dime Bucky, ¿has pasado por mucho dolor verdad? —la pantalla nuevamente emitió sonido.

—No voy a hablar de eso.

—Temes que, si abres la boca, los horrores nunca terminarán. Tú tranquilo, solo necesito que hables de uno —hijo de perra, esto está mal, algo malo va a pasar, lo puedo sentir.

De un momento a otro el pánico comenzó a crecer por todos lados, las pantallas se apagaron y las máquinas dejaron de funcionar.

—Subnivel 5, ala este —nos páramos y al instante salimos corriendo.

Empezamos a bajar por unas escaleras, yo voy hasta el último.

—Steve, ¿qué está pasand-AHH —un fuerte dolor en la cabeza me comenzó a llegar—. Algo le está pasando a Bucky... AHHHG —seguí corriendo aún con el fuerte dolor de cabeza, lo están activando.

Llegamos a el ala, Bucky y el hombre están dentro, los guardias están el piso y el dolor de cabeza se disminuyó mucho, ya es tarde.

Steve y Sam se adentraron más en la sala, me quedé atrás para poder recuperarme mejor del dolor, aún sigue punzante.

Los golpes se empezaron a escuchar por todo el lugar, me quise parar pero el dolor de cabeza volvió, diez veces más fuerte que el anterior.

No puedo escuchar nada más que un pitido en mis oídos, ya estoy arrodillada en el piso, ni siquiera puedo escuchar mi propia voz, no me puedo mover.

Steve y Bucky se acercaron dándose golpes y luego no sé qué pasó pero Steve y yo caímos en el hueco del elevador.

El dolor disminuyó, me duele tanto la cabeza que quiero vomitar. Steve está cerca de mi y puedo escuchar su voz, distante pero no sé qué está diciendo.

—Kaira..., ¡Kaira!, hay que salir de aquí —asentí un poco aturdida todavía y me paré como pude. Las arcadas no tardaron en llegar, me obligué a mi misma a no vomitar, al menos no aquí—. ¿Estás bien?

—Si, —titubee— vamos —Steve tomó un cable y comenzó a subir por él, yo le seguí.

Tardamos lo que fueron tal vez dos minutos y Bucky ya estaba en la azotea, Steve salió corriendo cuando se escuchó el sonido de un helicóptero, salí detrás de él.
Steve se colgó del el helicóptero, corrí hacia él y me colgué de el borde del helicóptero.

Cada vez nos acercamos más al borde de la azotea, nos vamos agachando para que el helicóptero no logre alzar el vuelo, Steve se agarra de un tubo y jala del helicóptero, no puedo hacer eso, me arrancaría el brazo metálico.

Bucky está incrédulo, no puede creer lo que está viendo con sus ojos, y yo no puedo creer que aún tengo los lentes puestos.

Bucky hizo su jugada y movió el helicóptero hacia nosotros, Steve y yo nos movimos para que no nos aplastara, las aspas del helicóptero sonaban por toda la azotea y después muy cerca de nosotros, me agaché al instante y solo pude sentir el aire pasar por encima de mi cabeza para terminar estrellándose en una pared.

De un momento a otro Bucky tenía agarrado a Steve por el cuello, mientras que el helicóptero o lo que queda se va haciendo cada vez más hacia la orilla, me aferré fuertemente a la cintura de Steve y empecé a hacer contra peso para evitar caer.

Bucky aún sigue agarrándolo y el helicóptero va más lento pero cada vez acercándose más.

—¡Steve vamos a caer! —y como si mis palabras hubieran detonado una bomba el helicóptero cayó, llevándonos a nosotros también.

La gravedad me hizo pegarme a Steve y caímos en el agua, la firma de Bucky se apagó levemente, se desmayó, me aparté de Steve y el pánico comenzó a invadirme, no sé dónde estamos, no sé qué está pasando.

Me moví hacia arriba, el aire ya me falta en los pulmones y me está doliendo el pecho.

Cuando finalmente salí a la superficie pude respirar de nuevo, maldito día de mierda.

Steve salió con Bucky en sus brazos y comenzamos a nadar hacia la orilla.

¿Por qué siempre me pasan cosas tan estúpidas?, yo podría estar en casa ahora mismo tomándome un delicioso café, pero aquí estoy, empapada y con un hombre inconsciente.

Los Maximoff | Bucky Barnes          EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora