2.15| ¡El futurista!

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—Átenla —pasó aproximadamente un día, desde que estuve amarrada en la silla.

Duré un día, uno, atada a esa silla, sin agua ni comida. Y ahora, tengo una playera de fuerza. La puerta se cerró y los hombres se alejaron.

—¿También te pusieron una? —Wanda soltó un suspiro y se movió en su lugar.

—Si, desde que llegamos...

—¿Y a ti Pietro?

—Sólo el collar.

Nadie volvió a hablar por al menos unas horas, yo solo me quedé sentada en el piso, viendo realmente a ningún lado.

Una gran puerta se escuchó y después unas pisadas. Unos aplausos comenzaron a sonar enfrente.

—¡El futurista!, ¡el futurista está aquí caballeros!, sabe que es mejor para todos, les parezca o no... —Clint está enojado, lo sé por el tono de su voz.

—No fastidies Barton —Tony está aquí también—. No tenia idea de que los meterían aquí.

—Pero sabías que nos pondrían en algún lado.

—Si pero no..., en una súper fortaleza flotante, es un lugar para maniacos, un lugar para...

—¿Criminales? —Clint se movió en su lugar—. Crimínales Tony, que es justo la palabra que buscas. ¿Verdad?, y no solía referirse a mi, o a Sam o a Wanda, ni siquiera a Kaira, pero míranos.

—Rompieron los acuerdos.

—Si —suspiró.

—No los obligué —un "lalalala" sale de la boca de Clint—. Leyeron los acuerdos y los rompieron. No lo entiendo, eres un hombre adulto, tienes esposa e hijos. ¿Por qué no pensaste en ellos antes de irte al lado equivocado? —okey, ese argumento literalmente se lo acaba de sacar del culo.

—Cuídense la espalda con él —las pisadas comenzaron a acercarse y un fuerte sonido se escuchó desde donde está Clint, me estremecí inconscientemente—. O tratará de traicionarlos.

—Hank Pim siempre me dijo que no confiara en un Stark.

—¿Y tú eres?

—De verdad no me-

Las pisadas comenzaron a acercarse cada vez más, o hablará conmigo, o con Sam, o con Wanda.

Las pisadas se detuvieron justo a mi lado, en la celda de Sam—. ¿Cómo está Rhodes?.

—Bien, aún se está acostumbrando a poder moverse otra vez, Kaira lo salvó..., ¿qué quieres?, ¿ya comiste?.

—¿Ya eres el policía bueno?

—Soy el que sólo quiere saber dónde está Steve.

—Entonces ve a buscar al policía malo, ya que tendrás que romperme la cara si quieres sacarme información —unos pitidos y un sonido de estática se escuchó.

—Ah, desconecte el audio de sus cámaras, tenemos 30 segundos antes de que se den cuenta que no es su equipo. Te enseñaré, este..., es el hombre que debía interrogar a Barnes. Es obvio que me equivoqué, Sam, cometí un error.

—Lo reconoces al menos.

—El cap definitivamente es un fugitivo pero va a necesitar toda nuestra ayuda. No nos conocemos muy bien, no tienes que...

—No, es...., entiendo... —un suspiro salió de su boca y se quedaron en silencio por algunos segundos—. Okey te lo diré, pero tienes que ir solo, y sin pelear.

—Así será.

Okey no quiero escuchar esto, los bloqueé completamente. Puedo escucharlos, apenas murmuros porque me estoy esforzando demasiado en no ponerles atención.

La gran puerta se escuchó de nuevo y todo quedó en silencio otra vez, nadie quiere hablar y nadie tiene nada de que hacerlo.

Las horas comenzaron a pasar, un gran dolor comenzó a inundarme, por todos lados.

Primero en el brazo, después en el estómago, después en el pecho, la cabeza, nudillos, por todos lados, le está pasando algo a Bucky.

—S-Sam.

—¿Qué pasa Kaira?

—Algo m-malo está p-pasando —un quejido salió de mi boca cuando sentí una gran punzada en mi cabeza—. Algo le está pasando a Bucky.

No me dijo nada, y es que la verdad no podemos hacer absolutamente nada desde aquí, y mucho menos yo, ciega, totalmente bloqueada y con una camisa de fuerza.

—¡AHH! —un dolor insoportable llegó a mi brazo derecho, mi brazo metálico.

—Kaira, estrellita, todo va a estar bien, vamos a estar bien —Pietro intenta calmarme desde el otro lado de las celdas pero el dolor es tan insoportable que las lágrimas ya caen por mi cara.




( . . . )




No hay nada de ruido, ni siquiera más allá de las celdas, la gran puerta de metal se abrió y el sonido de unas pisadas se escuchó por todo el lugar.

Se acercaron lentamente a Sam y se detuvieron.

—Es hora de irnos de aquí chicos —ay dios mío Steve está aquí. Las puertas de las celdas se abrieron.

Me acerqué corriendo a la celda de Wanda. Dos pisadas diferentes se escucharon.

—Calma Kaira te quitaré esto —Pietro me dió la vuelta y comenzó a desabrochar la camisa de fuerza. Mis brazos están tan entumidos que ni siquiera puedo moverlos—. Ya puedes moverlos. Te quitaré el collar —un clic sonó y el collar cayó a mis pies, al instante pude sentir como si una gran ola de aire refrescante llegara directo hacia mi.

Tomé el collar de Wanda y lo jalé, se hizo pedazos entre mis manos, tomé el collar de Pietro e hice lo mismo.

Steve de verdad está aquí, y todas las firmas de los guardias están un poco apagadas, nos podemos ir, al fin podemos irnos.

Me lancé a los brazos de Pietro y jalé a Wanda para que se uniera, estamos juntos otra vez.

Los Maximoff | Bucky Barnes          EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora