"No pienso hacer lo que digas, yo decidiré mi camino."
Ella tenía que ser la hija perfecta y obedecer siempre, pero ¿Qué pasa si eso no es lo que quiere?
¿Sabes qué pasa cuando eres impulsiva y no piensas antes de hablar? Te metes en apuestas que...
El día después de mi regreso a clases, el idiota rabioso y yo comenzamos a entrenar juntos por las tardes en un una montaña, al parecer a ese tipo le gusta el montañismo.
Hoy, finalmente, comienza el festival deportivo y todos esperábamos ser llamados. Todo estaba tranquilo hasta que entró el estúpido cuatro ojos gritando que en cualquier momento entraríamos.
Yo sólo recargada en uno de los casilleros de la sala cuando la voz del mitad—mitad llamó al brócoli.
— ¿Qué pasa, Todoroki...? — antes que Deku pudiera terminar de hablar, Todoroki lo interrumpió.
— De manera objetiva, pienso que estoy encima de ti en términos de fuerza práctica. — declaró con seriedad, Midoriya le dio la razón sin quitar la expresión de sorpresa. Eso me hizo soltar un bufido que pasó inadvertido.
— Te las arreglaste para captar la atención de All Might, ¿Cierto? — añadió tomándome por sorpresa a mi también, esos dos definitivamente no saben disimular.
— No creo necesario entrometerme en eso, pero voy a vencerte. — finalmente anunció, el ambiente se comenzó a volver incómodo.
Kirishima saltó a tratar de hablar con el idiota heterocromático, pero ni siquiera lo dejó terminar de hablar.
— No vine aquí a ser amable y hacer amigos. — dijo mientras se soltaba bruscamente del agarre del pobre chico que sólo lo miró desconcertado. Esto ya comenzaba a molestarme. El bastardo bipolar estaba a punto de irse cuando el pequeño brócoli comenzó a hablar.
— No tengo idea de lo que quieras lograr diciéndome esto. Definitivamente eres mejor que yo, creo que eres el más capaz entre todos. Mirándolo objetivamente... — no paraba de decir tonterías, Kirishima quiso detenerlo, pero nuevamente fue ignorado, ¿Qué mierda les pasa?
— Aún así los estudiantes de otros cursos están apuntando a la cima con todo lo que tienen. Ni siquiera yo puedo permitirme quedarme atrás, ¡Así que yo también iré con todo lo que tengo! — declaró el enano peliverde frente a toda la clase.
La sala quedó en silencio hasta que decidí que me tenían que escuchar ¿por qué? Fácil, porque nadie ignora a mis amigos y mucho menos me ignoran a mí así que golpee uno de los casilleros con sólo un poco de fuerza para llamar la atención de todos, lo cual funcionó.
— Bien, par de idiotas, es mi turno de hablar. — comencé al alejarme de mi lugar y mirando seriamente a los ex—protagonistas del pequeño show.
— Número uno; escúchalo muy bien, bastardo bicolor. Me importa una mierda que viniste o no a hacer aquí, pero más te vale tratar bien a mis idiotas. — advertí plantándome frente a él y señalando al pequeño grupo de amigos que había formado con Mina y los chicos. Quienes por un momento pareció que se echarían a llorar, pero no sucedió.
— Y número dos; esta va para todos. Antes de declarar guerras, voluntades y esas cosas, no deben olvidar quién está en la cima, porque esa soy yo. — les recordé con una sonrisa y mirada retadora para después dirigirme a la puerta, pues ya era hora de salir.
Justo antes de atravesar la salida me detuve y miré por sobre mi hombro y añadí "Que comience el juego." antes de soltar una carcajada y continuar con mi camino.
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