XXII

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Al llegar al origen de todo el alboroto, pude ver a varios héroes tratando de llevar a los civiles a cualquier lugar seguro mientras los nomus eran contenidos un par de calles atrás.

Algunos profesionales se aseguraban de llevar a los heridos, yo era una de las últimas que quedaban junto a algunas personas cuando un gran estruendo se escuchó a un par de metros detrás mío.

Hubo un silencio momentáneo, todos con la mirada fija en la cortina de polvo formada por el impacto. Una vez disipada, se pudo ver a un nomu intentar salir de los escombros.

Los que podían salieron corriendo de ahí presos del pánico, pronto nos quedamos solos los héroes junto a los heridos.

— ¡Tenemos que sacar a todos de aquí, de inmediato! — grité al saber en gran parte lo fuertes que eran esas cosas, incluso si ese monstruo era diferente al que me había enfrentado.

Tomamos a los civiles restantes, listos para salir de ahí antes que esa cosa saliera. En mis brazos llevaba un niño que se retorcía en mis brazos llorando.

— ¡Espere!¡Nii-san! — dijo entre sollozos, apuntando hacia un auto, detrás de este se podía ver una pequeña mano en el suelo. Inmediatamente me detuve, llamando la atención de otro héroe.

— ¿¡Qué haces!? Debemos irnos ahora mismo. — cuestionó alarmado, ignoré su pregunta y dejé al menor a su cuidado pidiéndole que se adelanten para luego volver por la persona restante.

Ni siquiera tuvo tiempo de replicar pues desgraciadamente, el nomu logró liberarse del desastre que él mismo causó.

De forma rápida me acerqué al cuerpo, era un niño mayor que el otro por un par de años, se encontraba inconsciente pero vivo.

Esperaba poder largarme de sin ser notada, levanté al menor cuidando su cabeza comenzando a retroceder lentamente sin quitar mi vista de esa cosa.

Maldije a quien sea que estuviera en los cielos en el momento que mi talón chocó con un juguete, no habría sido problema sino fuera porque era de los ruidosos.

Inmediatamente, el nomu se fijó en nosotros justo antes de abalanzarse con prisa a la vez que soltaba un agudo chillido.

Sin perder tiempo, me impulsé para alejarme de su ataque a duras penas. No podía pelear con un niño en brazos, y el ser de violacea apariencia no daba tregua a su ofensiva.

En cuanto tenía oportunidad, miraba a mi alrededor en búsqueda de un lugar seguro para el civil, no podía pensar con claridad.
No tardamos en llegar a un camino con escombros bloqueando todas las posibles salidas.

Respiré profundo lo más rápido que pude y solté una llamarada hacia nuestro atacante, esperaba conseguir algo de tiempo en lo que se regeneraba, pero la suerte nunca está de mi lado.

Apenas se dispersó el fuego lo pude ver, seguía de pie con leves quemaduras, nada realmente grave. Chasqueé mi lengua y bajé al pequeño, tendría que defendernos hasta que alguien llegara a ayudar o uno de nosotros perdiera. Lo que pasara primero.

Y definitivamente, no planeaba perder contra algo así.

Usé el poco tiempo que se mantuvo quieto regenerando sus pocas heridas para transformar mi cuerpo de forma parcial. Así podría igualar un poco las cosas.

Ambos nos abalanzamos contra el otro y nos enfrascamos en una batalla de sometimiento, gracias a mi nuevo tamaño me era más fácil resistir bastante bien pero no lo suficiente.

Pronto, un leve quejido detrás mío hizo que mi atención se enfocara en el niño recuperando la conciencia. No estaba segura si era algo bueno o malo.

La Heredera Dragón ll BnhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora