-Dieciseis-

557 66 9
                                    

Me quede congelada observando aquellos ojos, mi respiración se agitó por completo y mi cuerpo comenzó a temblar.

De pronto esos ojos se marcharon de la nada, tarde varios segundos en reaccionar pero concluí que debía regresar para salir hacia el otro camino, así que sin pensarlo dos veces me empecé a regresar rápidamente.

Bueno eso hasta que sentí que entro mucha luz y de un momento a otro alguien estaba jalándome el pie.

Asustada me giré mirando qué en efecto habían quitado lo que me obstruía el paso a la habitación y había un chico con varias vendas mal puestas en el rostro, manchadas de un poco de sangre,digo mal puestas ya que se le estaban cayendo y podía ver partes como su nariz o su boca. Además de que lo reconocí al instante, eran los mismos ojos que me observaban anteriormente.

Pataleé con todas mis fuerzas pero parecía inútil, estaba ganándome.

—¡Suéltame carajo!—le expresé desesperada. El parecía hacer caso omiso mientras me seguía jalando hacia dentro.—¡Que me sueltes imbécil!—finalice dándole una patada en el rostro. Este retrocedió confundido por el golpe cerrando brevemente los ojos.

No lo pensé mas y me di la vuelta para seguir huyendo.

Entonces nuevamente el me alcanzó casi que introduciéndose y me estiro con tanta fuerza que caí dentro de la habitación.

Una vez en el suelo solté un quejido, había dolido realmente. Alcé la mirada para verle, él también lo estaba haciendo, su nariz sangraba levemente, no podía reconocer del todo su expresión pero supuse que estaba furioso.

Una sonrisa salió de su boca.

—Pensé que nunca vendrías—soltó de repente con un tono tranquilo—me había hecho la idea de que habías muerto.

No comprendí nada en absoluto. Me hablaba de una manera donde parecía que nos conocíamos anteriormente, lo cual me hizo cuestionarme, ¿nos conocíamos anteriormente?.

No dije nada, una parte de mí estaba realmente miedosa. El se aproximó de un momento a otro, me levanté velozmente para alejarme de él.

Observé por un instante el lugar, las paredes eran blancas pero a su vez tenían grandes manchas rojas, intenté relajarme para no suponer de que eran. Tambien observé una cama en un costado, un pequeño buró y un cuadro sobre el, no podía verlo detalladamente pero notaba que el vidrio estaba quebrado, como si alguien lo hubiera lanzado antes.

Ambos seguíamos de pie, no tenía nada con qué defenderme, empecé a recordar cómo Beth golpeó aquel guardia pero sabía que yo no tendría ni la misma puntería ni fuerza para recrearlo.

Él achicó los ojos como si me analizara detenidamente. Avanzó a pasos lentos, yo solo me enfoque a retroceder, aunque sin embargo estaba perdida de cierto modo. Esta era su habitación, la única manera era huir sería por donde entre pero sabía que estaría difícil.

De igual manera me percaté que no era un cuadro que cubría al hueco si no una especie de mueble que al parecer él había movido para jalarme hasta aquí.

—Intento descifrar porque me miras así, es decir, puede que miraras con coraje, con desesperación e incluso con desconfianza—da un paso más hacia mí—pero nunca con miedo Abigail.

—Yo no te conozco—objeté aunque realmente no estaba segura.

—Momentos antes pensaría que estás actuando, sé que no terminamos en buenas condiciones y quizás me odies pero...al ver tu expresión sé que realmente no mientes. No sabes quién soy.

—¿Debería saberlo?

—Mm, pues no es tan importante realmente, tal vez es mejor que no recuerdes.

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora