-Tres-

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Ha pasado aproximadamente una semana.

Una semana desde que pude interactuar con él y me pidió que lo dejara en paz. Aunque era difícil, más teniéndolo en tantas clases. Lo extraño fue que lo he visto faltar varias veces pero yo que sepa no te permiten hacerlo con tanta frecuencia.

Menos aquí, es decir esta escuela mantiene sus propias habitaciones; prácticamente vivimos aquí y solo ciertos días—como hoy—nos vamos con nuestras respectivas familias.

—¿Como crees que es la mamá de Bruce?—dijo Beth mientras permanecíamos sentadas esperando a nuestros padres.—¿Será igual de hermosa que él?

—¿Porque te preocupa tanto?—le pregunté fastidiada de que hablase sobre él.

Si tan solo supieras la clase de persona de mierda que es...

Por su puesto que no le había contado nada a Beth, no tenía la menor idea de cómo reaccionaría. Es verdad que me había descubierto observándo a Steve pero la convencí diciéndole que sólo me daba curiosidad su manera de ser.

Lo que realmente quería saber era, ¿los padres de él también vendrían? ¿Como sería él con ellos?

—Oh, ¡mis padres están ahí!, debo irme.—dijo mi gran amiga mientras se marchaba de allí despidiéndose.

Le sonreí mientras seguía esperando a los míos. Era tanto el tiempo que había pasado que me había parecido eterno. Lo único bueno es que este es nuestro último año y podremos regresar a casa después.

De pronto de un extremo vi a Steve, caminándo entre la gente; no pude aguantar mi curiosidad así que me levante y camine hacia la dirección donde había ido el.

Lo seguí lentamente; fue entonces cuando lo vi doblar y meterse a los baños.

Las ganas de entrar se hicieron presentes pero me dije a mi misma que debía dejarlo tranquilo, quizás quiere hacer sus necesidades tranquilamente y yo solo lo molestare.

Por eso mejor espero a que salga, dije como toda acosadora que respeta las intimidades de su acosado.

Pero él nunca salió, ya había pasado alrededor de 20 minutos y él seguía dentro de él baño.

Quizás tiene diarrea o algo así.

¡O quizás le pasó algo!

Estaba dudosa entre sí debía entrar o no; además en estos momentos tampoco habría hombres, o al menos no muchos ya que todos estarán esperando a sus padres; y los vestidores están apartados de los baños, es decir en otro lugar.

Te dijo que te apartarás no que lo siguieras hasta cuando va a al baño.

Lo pensé un poco, y al final opté por la razón más conveniente.

¡Debo entrar! ¿Qué tal que se está muriendo ahí dentro?

Rápidamente entre, para mi suerte estaba vacío nuevamente. Eso me hizo dudar, me agache para observar los baños, la mayoría estaba vacío, es decir no sobresalían los pies de nadie.

Qué raro...

Seguí hasta llegar a él último, cuando estuve por asomarme alguien salió de el.

—¿Pero qué haces aquí? ¡Este baño es de hombres!—exclamó el chico que acababa de salir y que efectivamente no era Steve.

—Está bien, esta bien ¡ya me voy!—dije mientras salía corriendo de aquel lugar.

Una vez afuera pensé en lo sucedido.

Lo vi entrar pero...¿como es que él no está en ninguno de los baños?

El chico que antes me había gritado salió, mirándome extraño. La anterior duda aún seguía en mi mente, estaba segura de que lo había visto entrar.

Me vino la idea de volver a entrar y corroborar, pero cuando apenas tomé fuerzas para entrar la voz de alguien llamándome me detuvo.

—Abigail Williams, te he estado buscando por todo el lugar.

—Mamá...—susurré a la misma vez que ella me miraba confundida.

Eso no era lo peor; si no que gracias a ella ya no podría confirmar o corroborar que Steve no estaba en ningún baño.

[•••]

—¿A dónde iremos?—le pregunté a mi madre mientras asomaba mi rostro por la ventana y ella manejaba.—¿Porque papá no vino?

—¿Tienes hambre? Conozco un buen lugar a donde ir.

—Mamá—dije seria.—No evadas el tema.

Ella suspiro.—Tu padre está muy ocupado cariño.

—Siempre lo está.

—Abigail, sabes que él te ama, y tiene que trabajar mucho para...

—para darnos lo mejor...—complete su frase.—Lo mismo de siempre...—mencione aún viendo por la venta hacia la carretera.—¿Podrías llevarme a ese restaurante donde íbamos cuando era niña?

—De nuevo con eso Abi, sabes que íbamos a tantos que no lo recuerdo con exactitud.—dice frustrada.—Además esos restaurantes están fuera de la ciudad, y si te llevo no lograría traerte de vuelta a tiempo.

—¿Eso es lo que más te importa? ¡No te he visto en más de tres meses y te preocupa dejarme a tiempo en la escuela!—grite enojada.

—¡Abigail!—habló mi mamá molesta por qué le levante la voz.

—¡No mamá, no es justo! ¡Parece qué quieren desahacerse de mí! ¡Papá ni se tomó la molestia de venir!

—Hija...

—¡NO MAMÁ! ¡Ni siquiera sé si merecen que los llame papá y mamá porque jamás se han portado como uno!

—¡Ya basta Abigail!—dice frenando el auto.—¡Nosotros te queremos! Y si, es verdad que no podemos verte todos los días pero piensa que muy pronto acabarás tus estudios y podrás venir con nosotros, ¿esta bien? Solo falta muy poco mi pequeña...—me abraza contra ella y yo lloro.

—¿Me lo prometes? ¿Que falta poco?—ella asiente.

Después de ese suceso mamá eligió un lugar a donde comer; ya habíamos venido antes aquí, es como una cafetería. Esta cerca de la carretera y la gente no suele venir mucho aquí. Normalmente los que llegan es porque andan de paso, aveces los observo ya que desde adentro puedo observar el estacionamiento.

—Iré a pedir ¿si? ¿Vas a querer lo mismo de siempre o algo diferente esta vez?—cuestionó mi mamá.

—Lo mismo de siempre—respondí, ella asintió retirándose de ahí para ir a pedir.

Me quede sola y como lo dije antes me gusta observar por la ventana a las pocas personas que llegan.

Una camioneta se estacionó, la observé, era simple aunque un poco descuidada.

Luego el conductor bajó de ahí, haciendo que abriera los ojos y me los tallara repetidas veces, sin creer que fuese verdad.

Era Steve

Steve Clifford

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