-Ocho-

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—¿Eh? ¿Qué dices?—me cuestiono confundido.

—Dijiste lo de la Rosa, ¿como supiste que había una rosa...¿acaso...—una duda pasó por mi mente velozmente.—eres tú?

—¿Yo? ¿De que hablas? Debes estar delirando yo nunca dije sobre ninguna rosa.—respondió molesto.—y debería irme, tengo asuntos más importantes que antender.

—¿Estas huyendo?

—¿Porque huiría?—suelta una risa burlona.

—Quizás porque, sabes que estás detrás de todo esto...

—Escúchame, no sé de qué mierda hablas pero nuevamente te pido que dejes de acercarte a mi como si fuésemos amigos.—volvió a su inusual tono de voz.—Porque no lo somos, nunca lo seremos.

—¿Que es exactamente lo que quieres Steve?

Puso una cara de extrema confusión.

—¿Lo que quiero?

—Si, siempre me dices que me aleje de ti pero no actúas como si me quisieras lejos; mírate incluso estás aquí platicando conmigo. Y además eres un espía o acosador, así que se que ocultas algo.—demande.

—¿Que?—una carcajada sale de su boca, suena falsa.—Vaya Abi si que eres ridícula, dices que soy yo quien te acosa pero...—da un paso hacia mi y retrocedo.—¿en serio crees que no noto todas las veces cuando me miras?—su expresión cambio a burlón, yo por otro lado estaba demasiado nerviosa por su cercanía y avergonzada por sus palabras.—Lo ves, incluso tú sabes las veces que lo haces, así que seamos honestos, a lado tuyo, ¿quien sería realmente un acosador?

La pregunta resonó en mi mente; sus ojos conectaron con los míos intensificando la tensión del momento.

Una sonrisa ladina salió de su rostro; fue extraño. No fue una sonrisa común, más bien era de aquellas sonrisas que provocan miedo, como si fuese un maldito loco.

Pero por alguna razón no estaba asustada por completo.

No dijo nada más y se retiró de ahí, dejándome sola.

Solté un gran suspiro y me tranquilicé; estaba demasiado tensa. La situación me confundía pues estaba segura que él había dicho algo sobre la rosa de mi habitación.

Iba a retírame también yo,pero el sonido de una hoja cayendo me sorprendió, al parecer había caído de mi mochila, y no era una simple hoja si no un sobre.

Tome el sobre del suelo y lo observé; era un blanco amarillento, más bien parecía un poco vieja. Tenía un sello de una rosa, el cual mantenía cerrada la carta.

Pensé en si debía abrirla o esperar a Beth.

Pero al final la curiosidad me ganó, así que la abrí sin más y saqué la pequeña hoja que tenía dentro.

"Cuídate, están más cerca de lo que crees"

Las manos me temblaron un poco. ¿Están más cerca...? ¿Quienes?

"Te están observando"

Era lo ultimo que decía.

Comencé a asustarme, por algun motivo estaba sintiéndome observada en ese momento. Me giré a los lados pero no había nadie en los pasillos.

Retome un poco el control y guarde la carta.

Esa sensación aún seguía presente; tenía que calmarme o estallaría de miedo. Tome un poco de aire y fingí tranquilidad.

Avance como si nada y me fui a mi habitación.

Apenas y entre cerré la puerta, me senté en la cama tomando un suspiro.

Pensé que todo había acabado pero una nueva nota entró por abajo de la puerta.

No quería levantarme a tomarla pero sabía que de todos modos la nota estaba ahí, así que sería mejor leerla ahora.

Fui hacia ella y temblorosa la tome.

De todas formas abrí la puerta pero no había nadie tras ella así que nuevamente la cerré y leí la nota:

No permitas que descubran que lo sabes.

¿Que lo se? ¿Saber que?

La vuelta me daba cabezas al pensarlo.

La única cosa que era cierta:

Debíamos estar en cuidado, sea quien sea sabe lo que sucedió y esta intimidandonos.

O quizás...

¿Podría tratar de decirnos algo?

[•••]

—Abi, ¿segura que estas bien?—me preguntaba Beth mientras nos dirigíamos a clases.—Han pasado cuatro días que estás así, rara, aveces no me dices nada...

—Beth, estoy bien sólo que...

—Solo que has estado un poco estresada últimamente.—completo agobiada.—Ya dime qué es aquello que te pasa.

—Nada Beth, te juro que estoy...

—¡Beth!—un chico se acercó a nosotros corriendo.—Entonces...¿si irás?—le cuestiono.

—¿Ir? ¿A dónde?—interrumpí y Beth me miró mal.

—Al baile que habrá.—pronuncio con obviedad ante mi.—y si, iré.—finalizo y el chico se marco sonriendo.

—¿Que? ¿Te has vuelto loca? ¿Se te olvida lo que sucedió apenas unos días con...—me acerqué para susurrarle.—con el conserje y estas como si nada, te advertí que tuvieras cuidado.

—¿Con el conserje?—habló extrañada.—¿Que pasó con el?

La mire totalmente desconcertada.

—¿Me lo dices enserio?

—Creo que últimamente no estás durmiendo bien amiga, así que no seas amargada y además, ¡Consíguete una pareja para esta noche!—gritó marchándose.

—¿Está noche?—repetí en voz baja.—!¿Que?! ¡No vayas Beth!—trate de detenerla pero ella ya se había marchado.

Suspire y me pase una mano por el cabello.

Una bolita de papel fue arrojada del otro extremo del pasillo.

Antes de tomarla corrí para ver quien era pero solo vi una silueta huyendo.

Me regrese y con algo de miedo la tome leyéndola:

"Debes cuidarla, ellos la están vigilando"

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora