-Quince-

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Estaba atónita, no comprendía la razón por la cual Steve estaba ahí. Era confuso.

—Es él...—confirme murmurando. Me quede observando detrás de la ventanilla sin entender nada, ¿por qué mierda estaba ahí dentro? ¿Por qué lo mantenían en esa camilla? ¿Seguía vivo?

—Abi...—Beth me tomó la mano aterrada intentando retroceder, la entendí cuando vi a varias personas entrando al laboratorio. Eran las mismas que tenían aquel traje blanco extraño. Ellos no nos prestaban atención hasta que uno de ellos nos miró fijamente.

Mi corazón latió fuertísimo. No sabía qué hacer o a dónde huir, podía esconderme pero si me habían descubierto probablemente me encontrarían.

Sólo fue cuestión de segundos y aquella persona desvió la mirada.

—Parece que...—mi amiga habló mirando los espejos—ellos no pueden vernos.

—¿No pueden?

—Bueno mi papá me entrenaba box pero también sabes que mi papá es policía así que recuerdo que una vez me explico sobre estos espejos...

—¿Tú papá policía?—mencioné desconcertada—tu papá no es policía Beth.

—¿Qué?—soltó una risa incrédula—claro que sí, lo recuerdo perfectamente, él siempre llegaba con ese traje de policía.

No quise cuestionarla más aunque sinceramente me pareció rarísimo. La conocía desde hace tiempo y tenía entendido que su padre es contador, si le enseño box sólo fue como pasatiempo ya que cuando él era joven le gustaba hacerlo.

O eso me había platicado ella.

—No importa, ¿realmente crees que no nos vean?—dije observando nuevamente a la ventanilla. Estas personas rodeaban a Steve, parecían estudiarlo tranquilamente.

O eso hasta que el director entró también.

Lucia molesto, o más bien desesperado. Camino con prisa hasta una mesilla donde se encontraban varias cosas, tomó una jeringa y la llenó con una sustancia desconocida, para después ir hacia Steve e inyectársela.

Vi como intentaban detenerlo, y aunque no podía escuchar sus voces sabía que él había gritado fuertemente molesto para que lo dejaran en paz, pude notarlo en sus expresiones.

No sé qué era la sustancia pero comenzó a generar una reacción en Steve y de pronto se encontraba convulsionando.

—¿Qué está pasando?—susurré desorientada.

Las demás personas parecían preocupadas, se acercaron a revisarlo inmediatamente pero en eso el Director le inyectó otra cosa.

Pensé que sería algo que lo ayudara pero por el contrario este parecía estar probando el efecto que causaban estas sustancias en Steve, y para colmo no parecían nada buena ya que empezó a salirle espuma de la boca mientras aún convulsionaba.

—¡STEVE!—no pude evitar gritar alarmada, la escena se veía fatal, parecía que él podría morir en cualquier instante.

—Abi...él sigue inyectándole cosas...—dijo mi amiga también preocupada.

Todo se salió de control, Steve incluso empezó a sangrar por la nariz, todas esas personas intentaban calmarlo pero de nada servía.

Vi como él abrió los ojos aún en ese estado y apretó sus puños fuertemente. Entonces noté su mirada de sufrimiento, sus ojos que pedían auxilio en cualquier parte, sus puños que se apretaban para soportar más, sentí aún más horrible cuando le colocaron una garra en la boca puesto que él comenzó a soltar alaridos fuertes.

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora