-Cuatro-

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Ya debía estar alucinando.

¡¿Como iba a ser él?!

Steve se bajo y camino en dirección a la cafetería. Lo mire en todo momento.

—Listo, te traje tu comida, ¿gustas algo más?—hablo mi madre trayéndome a la realidad.

—¿Eh?, ah gracias.—conteste un poco cortante ya que aún pensaba en si era o no Steve.

—¿Ocurre algo?—cuestionó ella.

Iba a responder pero escuché la voz de Steve que decía: "Disculpe, ¿tienen baños?..—alguien le respondió dándole la ubicación de estos—ah entendido, Gracias"

—No...lo qué pasa es que tengo muchas ganas de ir al baño, ahorita vengo.—conteste más vi la cara no muy convencida de mi madre.—No tardaré.

Salí de allí y camine a él otro extremo buscándolo entre la gente. En efecto, él estaba entrando a los baños de hombres.

¿Pero que clase de hombre es este? ¿Acaso es algo así como la película de el efecto mariposa?

Claramente no entre a el baño de mujeres; pero tampoco fui instantáneamente detrás de él; si no que abrí un poco la puerta, casi nada y lo vi, esperando a que entrara a un baño o así.

Este se quitó una chaqueta que traía, parecía de estilo militar pero también parecía estar sucia. Mejor dicho era él quien lo estaba ya que tenía manchas de ¿tierra? ¿Lodo? Por  casi todo el cuerpo. Dejo en otro lugar de los lavabos algo hecho bolita, se me figuro que era ropa.

Se sacó también la camiseta interior que traía puesta.

Aguante un grito, ¿iba a desnudarse?

Por último saco de los bolsillos de su pantalón una cartera, un encendor y un par de cigarros.

Cuando creí que también se quitaría el pantalón se metió a uno de los sanitarios, dejando su ropa y todo lo anterior nombrado sobre la repisa de el lavabo.

¡Este es el momento!

Me dije a mi misma y me dispuse a entrar discretamente, casi de puntitas. Mire su ropa pero me concentre más en su cartera, ¿tendría algo de interesante ahí?

La tome rápido, dándole una breve mirada, tenía un poco de dinero, lo único que llamó mi atención era una tarjeta que sobresalía. Era como ...¿una credencial de elector?, iba a tomarla pero sentí como alguien me la quitó bruscamente al mismo tiempo que me acorralaba hacia la pared.

—Ya sentía que alguien estaba observándome.

Confesó mirándome serio mientras que con una mano sostenía la cartera y con la otra mi mano contra la pared. Trate de zafarme pero me fue imposible.

—¡Sueltame!

—¿Porque debo hacerlo? Fuiste tú quien estaba tomando cosas que no eran suyas, y si bien recuerdo te dije que te mantuvieras alejada de mi.

—Voy a gritar si no me sueltas.

—¿Estas amenazandome?—su tono de voz cambió asustándome un poco.—¿Porque estás haciendo esto?

—¿De qué hablas?—dije aún con la intención de volver a zafarme.

—Siguiéndome; ¿no sabes lo que significa "aléjate"? —mencionó soltándome y empujándome hacia la salida.—Signfica que no quiero tener que volver a cruzarme contigo.

—¿Sabes que es imposible? Estamos en la misma escuela—respondí con obviedad.

El rodó los ojos ante mi contestación.

—Solo deja de meterte donde no te incumbe.

—¡Pero si eres tú quien esta siguiéndome! ¡Yo he venido aquí con mi madre y tú has aparecido de la nada! ¿Está permitido salir solo? ¡Porque no lo creo! ¡Ahorita mismo podría ir y advertir que te has escapado y !!

—¿Vas a acusarme en la escuela?—dijo sonriendo. Ni siquiera había notado que se había puesto otra camisa.

—Y tampoco entiendo qué cosas fuiste hacer, ¡estabas totalmente lleno de tierra!

—¿Estuviste observando por un buen tiempo no es así?

Abrí la boca tratando de negarlo pero él me había atrapado.

—¡No es eso! ¡Me referio a qué no se qué cosas hiciste para estar sucio de esa manera..

—¿Y si no sabes ni qué cosas soy capaz de hacer? ¿Porque estás aquí? ¿No te asusta? Ni siquiera tienes la menor idea de quién soy...podría ser cualquier clase de persona—comentó acercándose de forma intimidante.

—Solamente eres un chico, tampoco creo que seas alguien malo.—explique tratando de mostrar fortaleza pero comenzaba asustarme.

—Incluso podría venir de asesinar a alguien—dice tranquilamente.—Y tú no lo sabrías.

—No creo...—hable mientras retrocedía a medida que el se acercaba.

—¿Y como podrías estar segura de que no?

En realidad no estaba segura del todo por más que quería.

—Porque...

—¡Abigail! ¿Donde estás?—se escuchó la voz de mi madre llamándome desde afuera.

—¡Mierda!—grite pues había olvidado que le dije que estaba en el baño y ya habría pasado un buen rato.

Seguro estaba buscándome, ella seguía gritando mi nombre; lograba escucharla ya que la puerta para el baño de hombres y de mujeres estaba pegada.

—¿Abigail? ¿Estas en el baño de hombres?—escuché a mi madre decir, supuse que escuchó mi voz.

Joder! Si ella entraba aquí me vería con Steve, y lo peor es que aún estaba la ropa que se había quitando arriba de los lavabos.

Se vería mal totalmente.

Sin dudarlo agarre toda la ropa de Steve, tanto como su cartera, sus cigarros y encendedor, lo hizo bolita se lo di y lo tome de el brazo.

—¡Rapido! ¡Métete a un baño!—dije llevándolo y abriendo la puerta de uno para que entrara pero este no se movió.

—¿Porque voy a hacer eso?

—¿Porque...—la voz de mi madre se escuchó nuevamente.—¡Que te metas!—grite susurrando y empujándolo de la cabeza, casi metiéndolo violentamente.

Ya una vez él entró, me hice la que me lavaba las manos.

—¡Aquí estoy mamá!—respondí, ella me oyó y entró rapido.

—¡Abigail! ¿Porque tardas tanto? ¿Y porque estas en el baño de hombres?

—¿En el baño de hombres?—me hice la que no sabía y abrí la boca sorprendida.—¿Este es el baño de hombres?

Ella me miró confundida.—¿Enserio te equivocaste? ¡Afuera hay un letrero que lo dice!—mencionó. Ella seguía sin entrar completamente.—¡Ándale sal de aquí!

Termine de lavarme las manos y asentí.

Salí de allí no sin dar una última mirada hacia los baños, ¿que pasará ahora con Steve?

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora