-Veinticuatro-

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Ahora,¿Debía deshacerme de él también?

—¿!Qué hiciste!?—dijo asustado corriendo hacia mí—Oh Mierda, ¿la mataste?

—¿Dónde estabas?—fue lo único que pregunté aún con la piedra levantada. Él se percató de eso porque soltó una risa nerviosa.

—Estaba en la habitación, Melanny se percató que no estabas y fue a buscarte, huyo tan rapido así que tomé un momento para analizar su habitación. Encontré esto: son tarjetas de acceso para poder entrar a partes privadas.

Las miré en silencio sin decir más.

Un sonido se hizo presenté en el lugar.

—¿Qué fue eso?—dijo él con duda.

—Tengo hambre—finalicé para tomar el diario y seguir caminando por el pasillo.

—¿A dónde vas? ¿Qué pasará con ella?—mencionó refiriéndose a Melanny.

—¿Qué quieres que haga?—dije intentando no fingir importancia pero en ese momento me empezó a dar preocupación. Había un montón de sangre, la chica no reaccionaba y además tenía hambre.

¿Había algo peor que eso?

—Si tanto te preocupa traerla.—concluí para dar vuelta por otro pasillo, escuché como la traía arrastrando. Me giré confundía para obsérvalo tirándola de los brazos, noté como su sangre se esparcía por todo el suelo.—No así, dejarás rastro en cada parte que vayamos, además su rostro está raspando con el suelo.

—Creo que mejor debemos dejarla—dijo sin ganas de cargarla.

—Cárgala.—órdene sin ganas. Aún tenía la piedra sostenida Bien fuerte en mi mano.—Será más obvio si la dejamos.

—¿Tengo que cargarla?—hizo una mueca—Bien, pero después te tocara hacer algo por mi.

Lo ignore pensando únicamente en lo que acababa de hacer. ¿Había cometido un error? ¿Estaría ella muerta? ¿Soy una homicida? ¿Me volví loca?

¿Por qué se sintió tan bien?

—Sangra demasiado.—dije desesperada.—No se que camino tomar. ¿Recuerdas el mapa?, lo dejamos en la habitación. Debí haberlo tomado, así tendría mínimo una idea de donde estamos.

—¿El mapa?—dijo algo cansado mientras sostenía a Melanny—lo tengo en mi pantalón guardado, claro que no se me olvidaría algo como eso.

No pregunté más, caminé hacia él y toqué sus bolsas traseras, este se sobresaltó por la accion pero me dio igual.

—No hay nada.

—Está en las bolsas de adelante—procedí a buscarlo—Ahí...no es la bolsa.

—Perdón—solté sintiéndome levemente avergonzada—creo que lo encontré.

Saque el mapa. Aún así, no me servía de mucho puesto que aún no comprendía bien donde estábamos. Adán dedujo él área donde nos encontrábamos y la apuntó en la hoja, después me mostró que queríamos ir hacia el laboratorio F, que era donde hacían las pruebas máximas pero más que eso, era donde supervisaban todo, por lo cual ahí estarían tanto las personas que harían las pruebas y quienes la supervisan.

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora