-Once-

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Esto tenía que ser una puta broma.

Arrugue la nota fuertemente en mi mano mientras pensaba en que debía hacer.

Tenía coraje,miedo, arrepentimiento.

Era la única cosa que debía evitar; la única razón por la cual estaba aquí.

Y ahora parecía ser demasiado tarde.

Aún así intente recobrar mis sentidos y tratar de tener esperanzas sobre encontrar a Beth. Ella debía estar en algún lado, ¿no podía ser posible que desapareciera tan rápido?

Piensa, piensa, piensa.

Pero por más que lo quería no me era posible.

No había corazonadas, no había sospechosos no había...

¡El chico! ¡El chico con quien fue a la fiesta!

Corrí entre los pasillos, ya no había tanta gente como antes.

De hecho, cada vez había menos.

Empecé a preguntar si alguien lo conocía pero nadie me respondía sobre el.

La desesperación se apodero de mi cada vez más y más. La impotencia de no saber lo que sucedía, o como solucionarlo.

Cansada me recargue en la pared y me golpee la cabeza repetidamente mientras algunas lágrimas caían por mi rostro, ¿porque estaban sucediendo estas cosas?

En ese momento un olor extraño invadió mi nariz. Era tan raro que desde la primera sensación la cabeza me dolió. Tanto así que me agarre la frente por ello.
Mi visión se hizo borrosa, pensé que era por alguna otra cosa, así que frote mis ojos con mis manos varias veces esperando a que mi visión regresara a su normalidad pero no funcionó. Por el contrario empeoraba aún más.

—¿Que rayos me pasa?—susurre caminando con el propósito de salir de aquí o por lo menos de aquel aire. Mis pasos eran tan lentos y pesados que tuve que agarrarme de la pared para no caerme.

Parecía algo tan raro pero...¿porque sentía que no era la primera vez?

Seguí avanzando pasó tras paso.

El aire parecía invadir todo el lugar; provocando casi imposible mis movimientos. Sentí unas gotas de sudor caer sobre mi frente.
Aparte el sudor con mi mano pero sentí como me rasguñaba con una pulsera que traía y cuando quise sobarme me hice otro inconscientemente de la misma manera pero esta vez menos doloroso.

Aún así me importo poco y trate de continuar con mi objetivo: salir de aquí.

Fue entonces cuando la silueta de alguien apareció.

Era...

¿Beth?

—¡B...!—quise gritar pero mi boca tampoco parecía querer funcionar. Todo estaba dormido, al grado que mis piernas se doblaban y batallaban para mantenerse de pie.

Ella me miró, o al menos eso creí pues la vi en dirección hacia mi en la esquina contraria.

Yo por mi parte estaba tratando de todo para llegar hacia ella.

Fue ahí cuando sucedió.

Ella cayó al piso, después se me figuró verla ¿convulsionar? No lo sabía, estaba borroso pero eso no era lo que me ponía en duda si no...¿porque estaría convulsionando?

¡Tengo que ayudarla! Pensaba y en mi imaginación creía que caminaba más rápido pero no lo hacía.

Aún y con la visión extremadamente mal, note un líquido rojo escurriendo de su cuerpo mientras se movía sin parar.

Eso me enfurecía más, y el hecho de no poder ir hacia ella era algo que me molestaba por completo.

Allí apareció el.

Me asusto al principio pues estaba muy cerca de mi, con aquella expresión que no importaba que viera borroso, sabía que era el.

Y qué estaba mirándome.

Pero...¿qué hace viéndome? ¿Porque no está yendo a ayudar a Beth?

Lo peor vino a continuación.

Entraron dos tipos con unos trajes blancos y cascos. Parecía de esos trajes que usan en el espacio, aunque claro sin el tanque de gas, y mencionado que no lo usaban para el espacio si no para evitar oler este estupido aire.

¡Ustedes quienes son! ¿Porque la tocan?

Quería gritar cuando vi que entre los dos la subieron a una camilla.

Estuvieron por girar y mirarme cuando fui arrastrada por alguien.

Después de eso caí inconsciente en los brazos de aquella persona, quien en el fondo me hizo sentir segura.

[•••]

—¿Despertaste?

Abrí los ojos alarmada sin comprender nada. Aquella voz chillona resonó en mi cabeza haciéndome dudar.

—¿¡Beth!?—exclamé levantándome con emoción.—¡Estas aquí! ¡Joder! ¿Como rayos escapaste Beth?

—¿Escapar?—ella rio.—¿porque escaparía Abigail? Debes estar alucinando ya.

—¿Que-que me pasó?

—¿Que te pasó de que?—puso un gesto de confusión.—Creo que estás aún más rara de lo normal.

—¡Beth! Yo...¡lo vi! ¡Vi como esos hombres te subían a la camilla y como convulsionaste..., incluso en el baile también fue un caos pues todos estaban drogados...

—¿En el baile?—pronunció dudosa.—Abigail, el baile aún ni siquiera comienza.

—¿No?

—No...—río.—es hasta dentro de dos horas. Te dije que debías buscar con quien ir.

—¿Dos horas? Pero yo...

—Debiste haber soñado bastante, aún así debo irme, acabaré unas cosas y después vendré a arreglarme.—me sonríe dirigiéndose a la puerta.—¿No quieres que te consiga una pareja?

—No, está bien .—murmuré desconcertada por lo sucedido.

—Bueno, vendré al rato.—me dedica una ultima sonrisa y se marcha.

Me levanto de la cama sin entender nada, mientras me observo en el espejo.

Acomodo mis brazos al lado de la mesita frente al espejo, sin dejarme de observar. Me noto cansada, ojerosa, pálida...

¿Cómo puedo ser un sueño?

¿Como pudo sentirse tan real?

El Baile, las personas, aquella nota...., aquel aire extraño.

Me acerqué más para ver mi rostro. Mantuve mi expresión seria pensando "¿que mierda pasa contigo Abigail?"

Fue así por un momento hasta que....

—¿Que es eso?—susurre cuando encontré un raspón en mi frente.—¿Acaso es....?

No termine de formular mi pregunta pues miles de dudas llegaron a mi mente.

La vi más detalladamente; un raspón en la frente...y otro debajo de este.

(Aparte el sudor con mi mano pero sentí como me rasguñaba con la pulsera; y cuando quise sobarme me hice otro inconscientemente de la misma manera pero esta vez menos doloroso...)

Dos raspones.—mencione.—Uno debajo del otro.

Eso significaba una cosa.

Una grandísima cosa.

Eso no fue un puto sueño.

SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora