10- Improvisemos

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Me encuentro en mi oficina con el último cliente de hoy

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Me encuentro en mi oficina con el último cliente de hoy. Soy Abogado Civil, al igual que Mark. El buffet en el que trabajo (dirigido por mi amigo) es uno de los mejores de Seattle.

Me especialicé como abogado de familia; trabajo con divorcios, separaciones de bienes y todo tipo de tramites requeridos por una familia en general.

La reunión se ha alargado más de lo previsto. En cuanto acabamos, lo acompaño hasta la puerta y nos despedimos con el típico apretón de manos.

Mark está ahí, mirándome con una ridícula cara de cachorro abandonado.

—Necesito una cerveza, urgente—murmura.

A pesar de que el día se me ha hecho largo y un poco pesado, decido acompañarlo. Mark es como mi hermano, la única familia que tengo.

De Dahlia no he tenido noticias en todo el día, empiezo a acostumbrarme a que sea ella quien diga cuando nos vemos.

El hecho de que comience tan solo a acostumbrarme a ella...debería preocuparme.

Quiero verla y no importa la hora en que ella pueda, así que le envío un mensaje.

Yo: Hola preciosa, ¿Tienes algo de tiempo para mí?

No hay respuesta.

ههههه

Estamos en el bar de siempre, el mismo al que traje a Dahlia la primera vez que nos vimos.

Debo dejar de pensar tanto en ella.

—Ya tienes tu cerveza, ahora cuéntame lo que sea que pasa—le digo a Mark en cuanto la mesera se retira—. Traes una cara de culo en este momento.

—Alyssa me habló del futuro—alzo una ceja y lo miro interrogante, así que aclara —. De una boda y de hijos ¡Joder!

Le da un sorbo a su cerveza y la deja en la mesa, con mas fuerza de la necesaria. Se frota el rostro con ambas manos y al ver la preocupación con la que carga; me relajo en el respaldo de mi asiento. No sirve de mucho si los dos nos alteramos.

—Y yo que pensé que ahora era bruja—bromeo—. ¿Y cuál es el problema? Pensé que tú querías lo mismo.

—¡No! Quiero decir, si—niega con un movimiento de cabeza—. Es que, joder, Sebastián. Estamos tan bien así. ¿Para qué casarnos? Tú mismo repites todo el tiempo que así es como empiezan los problemas.

—A ver, Mark... Eso lo digo por la mierda con la que lidiamos en el trabajo, sabes de lo que hablo—planto una mano en la mesa y lo miro, hablándole muy en serio—. Tú y Alyssa son como... No lo sé, como esa mierda de él uno para el otro. La excepción. Ustedes lo saben. Todos lo saben —encojo mis hombros y vuelvo a mi posición relajada.

En los brazos de otro [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora