No era nuestro momento, lo sabíamos...
Estar juntos no era lo correcto.
Pero, ¿Qué pasa cuando el deseo es más fuerte que la razón?
Hay cierto placer en lo prohibido...
Hola! Pido perdón por la tardanza... Digamos que estuve un poquito liada estos días 👉👈
No olviden dejar su voto ❤
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estos últimos días no he salido más que para llevar a Anne a la guardería y luego pasar a buscarla. Dejé a John a cargo del restaurante, me mantiene informada y confío en que hará un buen trabajo.
Le dije a Sebastián que por el momento no puedo verlo, ahora mi prioridad es Anne. Él lo entendió. Nos hemos mensajeado un poco y también ha estado llamando; nada de índole sexual.
Podría decir que me sorprende; pero la verdad es que no. Sé que Sebastián ve esto como algo más que sexo, aunque no me lo haya dicho directamente y no es algo en lo que quiera pensar ahora, porque sé que tengo que terminar con toda esta aventura, es solo que... Aun no puedo.
Anne está desanimada; no es la misma niña alegre de todos los días que va dando saltitos de un lado a otro. Está triste y por más que trato de animarla, no lo consigo... Echa de menos a su padre.
Y Benjamín... Él no ha dado señales estos días. No estoy segura de si eso es bueno o malo. Me imagino que ha de estar con su abogado ya que mañana tenemos la reunión con el mediador y aunque no es obligatoria la presencia de nuestros abogados; por mi parte, no pienso ir a ningún sitio sin Mark.
Alyssa me llamó y me invito a su casa esta tarde. Acepté esperando que Anne se distraiga un poco.
Al llegar, ella nos recibe tan amorosa como siempre y mi pequeña corre a sus brazos. Alyssa la alza y besa su mejilla. Anne sonríe y mira a su alrededor.
—¿Dónde eshta Shebash?
Una punzada de culpa golpea mi pecho al pensar que esto se me está yendo de las manos. Alyssa me mira sonriendo de oreja a oreja.
—No está aquí, hermosa—entra con ella en brazos y la sigo—. Pero tú y yo la vamos a pasar muy bien. ¿Quieres que peinemos a tu mamá?
Después de días veo a mi hija sonreír emocionada por algo.
—¡Siiiii! —grita—. La vamosh a dejal bonita, bonita...
—Así me gusta—le digo y beso su mejilla.
Alyssa la baja en la sala, en la mesa de centro tiene una variedad de accesorios para el cabello. Coloca un cojín en el suelo y lo apunta.
—Tú ahí y nosotras te peinamos—me guiña un ojo y yo sonrío agradecida.
Me siento donde me indica. Alyssa divide mi cabello en dos partes y le muestra a Anne la suya. Mi pequeña comienza a cepillarme y yo por primera vez en días me relajo.
—Entonces...—dice Alyssa, agarrando un mechón de mi cabello y empezando a trenza—. ¿Cómo ha ido todo?
—No sé que decirte—suspiro—. Además, no tengo idea de qué es lo que sabes...—añado, más bajito.