50- ¿Lo recuerdas?

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Me decidí

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Me decidí... Decidí arriesgarme y dar un paso con Sebastián, pero no me esperaba nada de esto.

¡Joder!

No es como que creyera que todo saldría como en las películas de amor; donde corres, le dices lo que sientes, se besan y terminan felices para siempre.

No. Tenía mis dudas. Fui lo suficientemente cruel como para que él diera vuelta la página e incluso me odiara.

Así que esperaba que me diera una oportunidad o que me rechazará... Pero no esto.

Encontrarlo ahogado en mojito. Y no, no me sorprendió para nada que Alyssa estuviera igual o peor.

Tuve que hacer de niñera y mantenerlos lejos del alcohol hasta que llegó Mark. No pase por alto el guiño de ojo que me dio al irse. Ni la rara propuesta de matrimonio de Alyssa.

No sé si Sebastián bromeaba con eso de estar alucinando o realmente lo traumé y no se creía que estaba aquí.

Después de eso, traté de que se fuera a dormir, pero agarro mi mano y me besó.

Había pasado tanto... Y lo había extrañado tanto, que prácticamente me derretí con sus labios. Por un instante, olvidé lo que había pasado. Olvidé que venía a declararme e incluso que él estaba ebrio, a pesar del sabor de mojito en su boca.

Sus labios bajaron a mi cuello, sentía su perfume inundando mis fosas nasales. Joder... Era envolvente.

Una de sus manos se deslizó por la parte interna de mi muslo, de camino a mi sexo... Y aunque no quería abrir los ojos y reaccionar, lo hice.

Él estaba ebrio y así como a una mujer se le respeta, a un hombre también.

No estaba segura de si él estaba dispuesto a perdonarme y él no estaba en sus cinco sentidos como para no arrepentirse mañana.

Así que me aparté, le di una sonrisa y le dije que tenía que irse a la cama. Por muchas insinuaciones directas; tan propias de él, me negué a que algo más pasara. Así que resignado dejó que lo llevara hasta su habitación y cayó rendido en cuanto se acostó.

Llamé a Martha para avisar que no llegaría y me fui a acostar a la habitación de huéspedes.

No pegué ojo en toda la noche.

¿Y si en la mañana no recordaba nada?, ¿Si seguía molesto y me pedía que me fuera?

Yo sé que estaba enamorado, pero lo herí. La gente se cansa de dar y no recibir nada a cambio. Él es humano después de todo.

Salí temprano a comprar lo necesario para hacerle un buen desayuno, pensando que lo más seguro es que amanezca con resaca.

Lo bonito de esto, es que lo estoy haciendo porque a mí me nace, no lo siento como una obligación.

En los brazos de otro [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora