En los brazos de otro [COMPLETA]

49 - Estoy alucinando

Ha pasado el tiempo, aunque no me he preocupado de contarlo.

Me he enfocado al cien por ciento en mi trabajo. He tomado más casos de los que acostumbro, pero estoy bien con ello. Necesito mantener mi mente ocupada.

Pasó lo que no quería que pasara. Se acabó, y si, puede que nunca iniciáramos algo formalmente, pero eso no quita que lo que hubo entre nosotros fuera real.

Al principio mantuve la esperanza de que Dahlia reaccionaría, que me daría una señal de vida o algo, pero no. Solo desapareció. Con el pasar de los días esa esperanza se fue y entendí que esto en serio había terminado.

Me prometí a mí mismo ese día que no volvería a buscarla, quizás sea orgullo, quizás no. Hay una parte de mí que piensa que ya lo dio todo y no puedo hacer más. Creía que ella en algún momento tendría el valor de aceptar lo que pasaba entre nosotros, pero no fue así.

Los primeros días estuve hecho un caos; pero era durante la noche, cuando estaba solo, que lloraba. Y si, joder, sé toda la mierda que dicen de que los hombres no lloran, pero cuando el dolor es así, como una punzada latente en el pecho, cuando te quema de tal forma que te pesa incluso despertarte por las mañanas, sí que lloras. Creyendo que conseguirás algo de alivio, aunque muy en el fondo sabes que no siempre funciona.

Traté de pensar en el típico dicho de "El tiempo lo cura todo", que quizás Dahlia tenía razón y esto fue lo mejor... Pero sabía que solo me estaba engañando.

Hasta el día de hoy estoy seguro de que no habrá otra como Dahlia, que a la que quiero conmigo es a ella y que joder, la sigo amando demasiado.

Mark me mantuvo al tanto de ella, pero tuve que pedirle que ya no siguiera haciéndolo, no porque no quisiera que ella estuviera bien, si no porque necesitaba superarlo.

Hay días en los que no quiero ni escuchar su nombre, porque aún me duele como terminó todo...

Alyssa de vez en cuando me muestra algunas fotos de Anne y joder, como extraño a esa pequeña. No puedo negarme a verla, aunque sea en fotografías.

De hecho, ahora estoy esperando a que llegue Aly. Mark tiene una reunión de negocios a las siete, así que pasara a dejarla. Encargué un montón de cosas para comer y tengo lista algunas opciones para que ella elija una película de esas que le gustan.

El citófono suena y espero frente al ascensor a que mi amiga aparezca.

—Llegó la morena más linda que vas a ver en tu puta vida—anuncia, acercándose para darme un abrazo—. ¿Adivina qué?

—¿Qué? —arqueo una ceja.

—¡Hoy es noche de mojitos!

Me rio.

—Si empezamos a beber ahora, cuando Mark venga a por ti, estaremos ebrios.

Encoge sus hombros.