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Cuando despertó lo primero que notó fue el aroma de Rosé. Se encontraba dormida en una pose diferente a la de la noche pero aun pegada a ella, parecía no haberse separado en toda la noche, y parecía realmente cómoda; Estaba tendida a su lado, con un brazo sobre la barriga de Jisoo y la cara encima de su hombro, mientras que sus piernas se entrelazaban bajo la colcha hasta el punto de que no quería moverse para seguir en aquella posición.

Rosé dormida bien podía ser considerada la octava maravilla del mundo o lo mas hermoso y tierno que Jisoo había visto en toda su maldita vida, en todo caso seria ambas. Y mejor aun, esa chica era suya, le había robado todo su corazón ya que el amor que le tenia era el mas puro y lindo que jamás sintió.

Un revoloteo de emoción se extendió por su pecho y sonrió en silencio, pegada a la almohada. Aquella sensación era increíble, estaba en la gloria. Todo encajaba a las mil maravillas. Después de la noche anterior se sentía todavía más unida a ella. En todo sentido. Esa sensación era única, el despertar y lo primero que ver por la mañana a su lado es Rosé. Simplemente inexplicable, y sin duda lo único precioso que en su mente habitaría hoy y de ahora en adelante. 

El tenerla a su lado desnuda entre sábanas durmiendo plácidamente, con toda su belleza justo frente a ella para poder observarla cuantas veces quisiera ya que nunca se cansaría.

- No cabe duda, cada día me gustas más. - Susurró Jisoo. Con su mano acaricio su suave piel con sumo cuidado y lentamente, disfrutando de sentir su cálida piel bajo las yemas de sus dedos.

Rosé reaccionó pegándose todavía más a ella y recorriendo su cuerpo con la mano, deteniéndose antes de llegar a los pechos. Sus dedos acariciaron sus costillas y sus labios la besaron tras la oreja. Jisoo se estremeció.

La rubia soltó una risa baja mientras abría los ojos a duras penas, los recuerdos de la noche anterior no se hicieron esperar, su suave sonrisa se elevó aun mas automáticamente de las comisuras de sus labios. Recordaba perfectamente lo deseada que la hizo sentir, la delicadeza en cada uno de sus actos pero sobre todo el amor con el realizo todo.

- Tu también cada día me gustas mas. - murmuró Rosé con voz ronca y le abrió los brazos, Jisoo aceptó la muda invitación y se apoyó contra su pecho disfrutando de su calidez y reconfortante aroma.

- ¿Estabas despierta? - Le preguntó Jisoo atrayendo su rostro hacia ella y dejando un beso en su mejilla, la sonrisa de Rosé se hizo aun mas amplia con dicha acción por parte de su novia.

-Hmm ... Quizás ...- Respondió cuando sus ojos se cerraron lentamente de nuevo. - Si sigues pensando tan alto, no puedo seguir durmiendo. 

- Perdóname, pero tengo una debilidad por ti y  me es imposible no pensar en voz alta lo hermosa que eres.

- Para ya. - Exclamó Rosé, sonriendo. Jisoo pudo notar como su mejillas se volvían y un ligero color rosa.

- ¿Que? - Preguntó incredula. - ¿Te avergüenza que te diga que eres hermosa? - Agregó mirándola fijamente. Rosé conectó sus mirada entecerrando ligeramente los ojos.

- No sé para que lo preguntas si ya sabes muy bien la respuesta.

Ambas sonrieron mientras que lentamente sus rostros acortaban distancia hasta que podían sentir la respiración de la otra en sus labios. A Jisoo le brillaban mucho los ojos, y tenía marcadas las arrugas alrededor de las comisuras de los labios. Parecía feliz. El corazón le dio un vuelco a Rosé cuando se acercó más aún y le acarició la boca con la suya.

La rubia le envolvió el cuello desnudo con una mano para que pudiera besarla de verdad, pero su gesto no tuvo el efecto previsto, porque Jisoo se echó a reír sin poder evitarlo y sus dientes chocaron ligeramente.

❝ Tell Me ❞ | Chaesoo & JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora