𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of Narnia

CINCO|

Caspian camino hacia donde estaba Edmund mientras cargaba al pequeño Ethan durmiendo entre sus brazos y con su cabeza apoyada en su pecho. Su torso bajaba y subía lenta y pausadamente mientras que su rostro demostraba paz pura, haciendo que cualquiera que lo vea pueda relajarse con algunos segundos.

Edmund desvió la vista del mar hacia el cuerpo del mayor cargando a su sobrino, sus ojos brillaron y una sonrisa ladeada aparece en su rostro.

— Te queda bien— opinó cuando su amigo se instaló a su lado

— ¿El que?— preguntó desentendido

— El papel de padre— le da un vistazo al niño

— Yo no soy el padre, Ed— sonrió apretando los labios— yo solo... elijo cuidarlo, criarlo y darle amor—

— Eres más padre que cualquier hombre, mucho más que mi hermano— suelta con rencor la última palabra y Caspian entrecierra sus ojos

— No voy a decir nada en contra de tu hermano, si eso es lo que pensabas oír—

— ¿Como puedes ser tan pacifico? Si estuviera en tu lugar no podría con tanto enojo encima— pregunta

— ¿Por qué tendría que estar enojado? No es como si Amelia fuera mi pareja, en ese caso tampoco me importaría porque sería yo el que la haría sentir amada y yo cuidaría del niño— alza sus hombros y Edmund entrecierra sus ojos, mirándolo desconfiado

— ¿Te gusta Amelia?— indaga cómo curiosidad

— ¡¿Que?! No no, por supuesto que no— negó rápido con la cabeza y esquivó la mirada penetrante del menor, miró hacia Ethan el cual había comenzado a removerse incómodo

— ¿Y por qué evades mi mirada?— Caspian suspira todavía sin mirarlo a los ojos— ¿piensas que me enojare porque hace años salías con mi hermana?— preguntó alzando sus cejas

— ¿Por qué están tan intrigados en si estoy enamorado o no de Amelia?— dice ya un poco exasperado.

Edmund esconde una sonrisa divertida relamiéndose los labios y niega con la cabeza.

— ¿Por qué te enojas tanto? Si no lo estuvieses no te importaría que te pregunte eso— alza sus hombros— solo dime que no y te dejaré en paz—

— No— rueda los ojos pero sin mirar los ojos avellanas de Edmund

— Mírame a los ojos, idiota— habla de forma obvia y Caspian levanta su mirada hacia el menor, sin embargo no fue capaz de emitir ningún sonido— a veces el silencio dice más que mil palabras— palmea el hombro de su amigo

— Mejor hablemos de ti ¿ya perdiste tu virginidad?— Caspian mueve sus cejas chistoso y soltó una carcajada al ver cómo las mejillas de Edmund comienzan a teñirse de carmín, para luego soltar una risa nerviosa