𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of Narnia

VEINTIUNO|

Ethan se lanzó a los brazos de Caspian y de Amelia ni bien sus ojos hicieron contacto con ambas siluetas. Los recibió con un »¡mami y papi!« y luego los dos adultos lo abrazaron y llenaron de besos durante algunos segundos.

Lucy se dirigió a Edmund y se dieron un abrazo, para luego disfrutar de la imagen que tenían frente a ellos.

— Jamás la he visto de esa forma con Peter— habló Edmund con sus ojos enfocados en la pareja con el niño entre ellos. Lucy soltó un suspiro pesado— ni cuando éramos adultos aquí en Narnia. Jamás

— Me duele aceptarlo, pero yo tampoco la he visto así antes— hizo una mueca con sus labios

— Me gusta verla feliz, llena el lugar de felicidad y ternura ¿lo notaste?

Claro que Lucy podía notarlo ¿quien en su sano juicio no se percataba del cambio en el ambiente de acuerdo a las emociones de Amelia? Cuando estaba triste o preocupada, el ambiente resultaba pesado y todos se encontraban estresados, sintiendo un vacío en sus pechos. Mientras que cuando estaba feliz o tranquila, el aire resultaba mucho más liviano y las cosas resultaban bien.

O por lo menos algunas veces.

— Si, lo he notado— responde con simpleza.  Divisó que ellos tres se acercaban a pasos rápidos— ¿Como están, chicos?— preguntó

Amelia rodó los ojos con una sonrisa y le dió una mirada cómplice a Caspian, el cual la responde con una sonrisa inocente, mostrando su blanquecina fila de dientes, para luego abrazarla por la cintura y acomodar mejor a Ethan entre sus brazos.

— Si no fuera porque ellos dos casi se matan, todo está bien— responde sarcástica la chica y Lucy alza sus cejas impresionada

— ¿Que hicieron que?— miró a ambos hombres de manera acusadora y los dos soltaron una risa avergonzada

— Luego te lo explico mejor— la mayor palmeó su hombro y luego los cuatro, con Ethan sobre los brazos de Caspian, caminaron hacia donde se encontraba la tripulación con las cestas ya con los alimentos recolectados

— ¿Que había de comer?— preguntó Caspian mirando atentamente lo recaudado

— Es volcánica, su majestad— respondió avergonzado el padre de Gael, señalando las cestas de mimbre— no había mucho

A Lucy le resultó extraño el hecho de que todo esté tan tranquilo y en silencio. Sin aquel rubiecito generando problemas y quejándose de absolutamente todo.

— ¿Donde está Eustace?— preguntó en voz alta

Caspian y Amelia levantaron su mirada preocupada y comenzaron a alarmarse.

— Me parece que no está aquí ayudando a subir esto a los botes— respondió con obviedad el pequeño ratón

— ¡Eustace!— llamó Lucy gritando, mientras caminaba unos metros más adelante de la tripulación. Pero el silencio reino y entonces volvió a llamarlo— ¡Eustace!