𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of Narnia

VEINTITRES|

Advertencia:
+18

El amanecer había llegado a la costa de aquella isla y con ello la temperatura había descendido, causando de que Amelia, aún dormida, casi se trepase sobre Caspian para conseguir algo de calor. El chico río entredormido al sentir sus movimientos y la sujetó firmemente de la cadera, para luego abrazarla con el brazo restante. Ella al sentir el calor ronronea gustosa.

Ethan se encontraba envuelto en mantas que había traído Amelia y dormía plácidamente. Edmund batallaba con una manta mientras soñaba con vaya a saber que, aquel retazo de tela se envolvía entre sus piernas y luego volaba por los aires por alguna patada que el chico daba.

Eustace y Reepeacheep terminaron durmiendo juntos y ninguno emitía ningún sonido, ni tampoco ningún movimiento.

Lucy y Gael dormían al lado del niño, solo que la menor comenzó a despertar y al divisar un destello de color azulado en el cielo, comenzó a despertar a su amiga.

— ¡Lucy!— la sacudió en un susurro, pero al ver que no despertaba la zamarreó más fuerte— ¡Lucy! Tienes que ver esto— habló un poco más fuerte, pero procurando no despertar a los demás. La chica por fin despierta exaltada— ¡mira!— señaló con su dedo índice al cielo

— ¡La Estrella azul!— jadeó impresionada— ¡oigan todos!— gritó fuerte para que los demás despertaran

— ¿Que? ¿Qué pasa?— despertó confundido el ratón

— Callate mamá— habló Amelia todavía dormida y se abrazó más al cuerpo de Caspian, el cual había comenzado a tomar conciencia

— ¡Todo el mundo despierte!— volvió a gritar
Lucy aún más fuerte— ¡Es la Estrella azul!

Caspian se endereza y Amelia cae directamente sobre las piernas del chico, despertando de inmediato.

Todos fueron despertando rápidamente y se quedaron viendo aquel destello azul en el cielo.

Estaban más cerca del fin que nunca.

(...)

Ya todos yacían en el barco mientras este se dirigía hacia la Estrella azul.

Ethan miraba desde la proa como Eustace volaba y hacia algunos trucos para que el niño riera y festejara junto a Reepeacheep, el cual por palabras de la reina, era el encargado de vigilar al niño cuando ni ella ni Caspian estaban allí.

— ¡Mira Reep!— señaló el niño cautivado con aquella criatura frente a ellos.

El dragón dio un giro en el aire y luego escupió fuego por su boca, haciendo que el pequeño comience a aplaudir y a gritar como loco.

— Es un muy buen truco, príncipe— coincide el roedor, asintiendo con la cabeza

Mientras que Lucy y Amelia yacían en la proa del barco, en un pequeño balcón que había detrás del camarote. Ambas miraban el mar apoyadas sobre el barandal de madera.