𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 [2]── The Chronicles of Narnia

CATORCE|

Ambos se despertaron cuatro horas después con saltos en la cama, producidos por el pequeño Ethan. Abrieron sus ojos y se encontraron con el rostro del contrario a centímetros del suyo.

Se separaron inmediatamente y miraron en dirección al niño, el cual los miraba con una sonrisa divertida en su rostro.

— ¿Que hora es?— preguntó Caspian adormilado, pequeños rayos de Sol entraban por la pequeña rejilla en techo

Las habitaciones se encontraban completamente vacías, salvo por ellos tres. Eso demostraba que era bastante tarde. 

— No lo se— el pequeño levanta los hombros

Amelia estira sus brazos a su hijo y el rubio no duda ni dos segundos en tirarse sobre el cuerpo semidormido de su mamá. Sus bracitos abrazaban su torso mientras que su cabeza se recostó en su pecho.

— Mi pequeño bebé— murmuró Amelia adormilada mientras arrullaba a Ethan contra ella

— ¿Quieres quedarte descansando?— Caspian acarició su mejilla con la suavidad de sus dedos

— Por favor, estoy muy cansada de todo lo que trabajé anoche— le dio una sonrisa pícara con los ojos cerrados. El chico rodó los ojos y dio un beso rápido en sus labios para que Ethan no los viera

— Bien ¿tu también quieres quedarte descansando, campeón?— se dirigió hacia el niño, acariciando su cabello de color oro

— Si, con mami— se abrazó más a su madre

— Descansen dormilones, no se olviden de que aquí hay un hombre que los ama y los espera arriba— comentó mientras se cambiaba con otra muda de ropa que yacía en unos cajones

— Ya vete y déjanos dormir, aún me duele la boca— movió su mandíbula de un lado al otro

— ¿Que te ocurrió?— Ethan levanta su cabeza como resorte del pecho de Amelia

Los dos adultos sintieron su cuerpo paralizarse, se dieron una mirada rápida y luego la volvieron al niño. Caspian aún estaba a medio cambiarse pero siguió con su acción mientras oía bien la conversación entre madre e hijo.

— N-nada ¿recuerdas que ayer dormiste mucho?— sonrió falsamente mientras acomodaba los cabellos de Ethan. El niño asintió— bueno, yo golpeé mi cara al caer de la cama y por eso me duele— explicó con tranquilidad

— Pobre mami— se inclinó y dio un beso en la mejilla de Amelia— ¡papi! ¿Por qué no la curaste?— frunció el ceño mirando al chico

— Oh si que la curé, un poco de leche caliente y estaba como nueva— sonrió mostrando sus dientes y vió como Amelia abría sus ojos indignada

— ¡Caspian!— le llamó la atención

— Iré a controlar arriba ¡los quiero!— les tiró un beso y corrió hacia las escaleras